Ektomorph, se superan a sí mismos con la edición de Outcast y demuestran que también pueden surgir opciones muy válidas en países con escaso historial metálico.

¿Es este el camino que debieran haber seguido Sepultura? Posiblemente, porque, a pesar de que las influencias folclóricas de estos húngaros distan mucho de las de los brasileños, Outcast contiene muchos de los elementos inherentes a las habituales composiciones de Sepultura, como son, el aprovechamiento de las raíces musicales de un entorno tribal, el estilo vocal, la sonoridad de las guitarras y la estructura de algunas composiciones.

Una vez expuestas las posibles vinculaciones con el grupo sudamericano, debemos de concederle a Ektomorph el beneficio de la creatividad y su capacidad para sorprendernos con posturas alejadas del thrash más convencional para sumergirnos en un universo repleto de matices, de renovada frescura en un estilo que habitualmente no deja demasiado margen de maniobra pero que en sus manos se renueva con eficacia.

Y es que se revelan como unos experimentados arqueólogos del sonido, descubriéndonos nuevas y turbulentas mutaciones de metal extremo, de perfil experimental, pasadas por un tamiz tan efectivo como insólito y con abundante presencia de guitarras sincopadas, convenientemente saturadas de distorsión.

La mayoría de composiciones demuestran la amplia capacidad de recursos que posee el grupo liderado por el vocalista y guitarrista Zoltan Farkas.

El inicio, con el tema título, nos permite disfrutar de un espectacular y corrosivo riff; I Choke, destapa las virtudes percusivas de Josef Szakacs, apoyado por unos golpes de efecto del bajista Csaba Farkas; Ambush In The Night, muestra las esencias folclóricas del grupo a un ritmo vertiginoso; I’m Against nos descubre su impactante ductilidad con presencia de un poderoso riff y un solo provocador y chispeante; We Rise, apuesta por la dinámica de los sonidos pegadizos; en Who Can I Trust (Prayer), se atreven con el formato acústico de raíces folclóricas y no le hacen ascos a las versiones con una tremenda Fuel My Fire, de Prodigy.

En conclusión, un álbum impactante, donde se fusionan con imaginación los sonidos vanguardistas, el metal y el folclore popular.

Thrash metal imaginativo, compacto, corrosivo y con un enfoque distinto.