El 29 de mayo se estrena en EE.UU. La Venganza de los Sith, capítulo tercero de la saga Star Wars. Su creador, George Lucas, pretendía que el film fuera el primero en conseguir una proyección mundial en formato digital.
Este sistema obvia el celuloide en las salas. Una señal digital, procedente de un soporte ubicado en el mismo cine o transmitida por satélite, garantiza una calidad de imagen y sonido, con posibles efectos 3D, que optimiza el rodaje ya realizado con las mismas técnicas digitales, y que podría superar lo conseguido hasta hoy en las salas IMAX.
Lucas inauguró este sistema en 1999 con La Amenaza Fantasma, y prevé utilizarlo para reestrenar a partir de 2007, coincidiendo con el 30 aniversario de La Guerra de las Galaxias, toda su saga galáctica. Ese mismo año, James Cameron planea presentar un nuevo film fantástico que filmará y exhibirá con sistemas digitales 3D de alta definición ensayados en documentales como Aliens of the Deep. Se trata de la adaptación del manga de Yukito Kishiro Battle Angel Alita.
Lucas y Cameron confiaban en una rápida conversión de las salas cinematográficas a estos novísimos sistemas. Entre otras cosas, porque la desaparición de las copias de exhibición en celuloide supondría un ahorro anual a las productoras de miles de millones de dólares.
Sin embargo, sus cálculos de que para 2007 dispondrían sólo en su país de 1.000 cines dotados con estos sistemas de proyección, parecen pecar de optimistas. Hoy por hoy no se cubre en todo el mundo esa cifra, y parece difícil que las 36.000 salas que proyectan celuloide en EE.UU. vayan a adoptar próximamente la técnica digital, cuyos costes de implantación no están dispuestos a asumir los exhibidores.
Para incentivar el trasvase, Rick McCallum, productor de Lucasfilm, ha anunciado a Empire Magazine que la versión digital de La Venganza de los Sith será más larga y podrá considerarse más definitiva que la exhibida en celuloide, cuyas copias han de prepararse con mucha antelación. Ya la versión digital de El Ataque de los Clones incluía un plano, en el que Padme cogía la mano mecánica de Anakin durante su boda, que no apareció en las proyecciones cinematográficas convencionales.