Auténtica sorpresa dentro de las comedias americanas, la boda griega retratada por Nia Vardalos - protagonista y guionista de una película hecha a su medida- es a todas luces una de las mejores ofertas del cine reciente de cara a la amable hilaridad. Tan distendida como carente de pretensiones, se centra en el aspecto cómico de los choques culturales para, partiendo de un retrato autoparódico -y en tono de biografía exagerada- mostrar una apertura del cerrazón de una "típica familia griega" a otra forma de vida.
Sabia en el uso de recursos y como explotarlos (mención inevitable, la abuela griega que protagoniza escenas memorables) el éxito parte de numerosas escenas-situación rocambolescas a partir de las cuales juguetear una y otra vez con cómicos contrastes . La amplia familia se convierte en un filón de excentricidades folkloricas, en un punto de seguro sonrojo para que la casamentera tenga que seguir buscando un hueco para dar paso a su historia de amor. Con ella, la historia de patito feo se cierra permitiendo que los deseos de superación y liberación le den un final tan evidente como inevitable, fiel reflejo de las artes de su realizador, más conocido por telecomedias americanas como "Family Matters", u otra de bromas griegas como "Primos lejanos".
Una verdadera lástima que, como siempre, los trailers acaben por convertirse en una manera de robar gags a la proyección, costumbre sangrante que convedría revisar para hacer la experiencia cinéfila más plena.