Las primeras reseñas publicadas en España, Estados Unidos y Gran Bretaña sobre El Código Da Vinci, adaptación cinematográfica del best-seller homónimo de Dan Brown, están lejos de ser alentadoras. La película de Ron Howard es considerada por los críticos rutinaria y carente de chispa.
Carlos Boyero (El Mundo), que pudo verla el miércoles en Cannes, afirma que más que de escándalo por sus contenidos polémicos, habría que hablar de mediocridad: Olvidable criatura, que no produce ni frío ni calor, y con un Tom Hanks en permanente estado de desgana.
Por su parte, Diego Galán (El País), cuenta que el pase de prensa del film en La Croisette solo indujo a la frialdad, los pitidos y hasta a algunas risas. Para Galán El Código es una cinta chata, escasa en ideas, enrevesada y confusa.
En Estados Unidos por ahora el más severo ha sido Kirk Honeycutt, que en The Hollywood Reporter comienza señalando: Quien odie la novela de Brown está de enhorabuena. La adaptación de Howard expone maravillosamente su falta de lógica. El crítico continúa señalando las malas interpretaciones de Tom Hanks y Audrey Tautou, y cree que solo Ian McKellen aporta algo de vida a la historia con su encarnación de Sir Leigh Teabing. Para Honeycutt la película despega en su último tercio, en el que Akiva Goldsman mejora el clímax de la novela, y disculpa en todo caso tanto al guionista como al realizador al considerar difícil aportar más calidad a los planteamientos ideados por Brown.
Por último, el británico Joe Utichi, crítico de Film Focus, a quien el libro le parece a la vez formulario y apasionante, cree que la cinta desarrolla mal las intrigas planteadas por el novelista, y que la fidelidad al texto del director Ron Howard no solo hace aburrido su largo metraje (149 minutos). Además, como ya señalaba Honeycutt, esta fidelidad desvela para Utichi las incongruencias del original literario.
El Código Da Vinci se estrena hoy en nuestro país, con una distribución de 750 copias.