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Ultravioleta - critica de cine
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Ultravioleta

El tormento y el éxtasis

Un artículo de Diego Salgado || 16 / 6 / 2006

Una película tan mala que obliga a razonar una premeditación en su existencia

No sabe uno si es el calor, que socava las defensas neuronales; la exposición prolongada a todo tipo de bodrios inspirados en pseudoartes marciales, cómics de superheroínas para leer con una sola mano, y videojuegos shoot’em up; o una epifanía que lleva a concluir que esto es el futuro del cine. El caso es que Ultravioleta ha provocado en el abajo firmante una esquizofrenia interpretativa que desea compartir con el lector.

Desde luego, el sentido común nos grita nada más encenderse las luces de la sala que la película –por así llamarla- es una de las peores que hemos visto en nuestra vida. Una declaración atrevida, sí, considerando que en el último año y medio han pasado por las pantallas españolas Aeon Flux, House of the Dead, Blade: Trinity, Alien vs Predator, Underworld: Evolution, Doom, Resident Evil 2 y Alone in the Dark. Pero Ultravioleta es la guinda, la cumbre de una tendencia cinematográfica que sin duda los historiadores del futuro compararán con la Peste Negra o la Segunda Guerra Mundial por sus estragos en el devenir humano. O, quizás, considerando el abismo de degradación cultural al que nos precipitamos copa en mano, con el Renacimiento.

Suponemos que, ante todo, querrá saberse cuál es el argumento de Ultravioleta. Si es que a estas alturas queda alguien tan ingenuo o anticuado como para exigir un argumento… En cuatro líneas, más de lo que dedica el guionista y director Kurt Wimmer a ello en el film, apuntemos que la acción se ubica a finales del siglo XXI. La manipulación genética incontrolada ha convertido a algunos seres humanos en hemófagos, criaturas similares a los vampiros cuyas extraordinarias habilidades incitan a las autoridades a eliminarlos. Milla Jovovich posa –escribir interpreta supondría denigrar la profesión de actor- como Violet, una guerrera hemófaga enviada a hacerse con el arma creada contra su especie. Pero cuando la consigue, se ve incapaz de destruirla debido a razones que no desvelaremos.

Y de las que, en cualquier caso, el espectador tampoco se enterará si pestañea, dado que a Wimmer no le interesan. Establecidas precipitadamente a modo de intros, se intercalan entre varias fases –perdón, escenas- en las que Jovovich despacha a tiros, machetazos y ritmos chunda-chunda a diez guardias armados en una habitación blanca. A cien guardias armados en una azotea. A setecientos guardias armados en una habitación roja; y al villano en una habitación negra. The End.

No hay más. Exceptuando los modelitos, piruetas y pelucas que se marca Milla, la estética chillona de los decorados, los desaprovechados exteriores en Shanghai y Hong Kong, y unos efectos digitales más ramplones que los de Tron (1982). Pero no son valores que sirvan para elevar el tono general de la película: un subproducto infecto que recicla, con una realización casi de telefilm, elementos de Gloria (sí, la de John Cassavetes), Kill Bill y Matrix, y que juega lastimosamente a la complicidad con los amantes de los cómics y los videojuegos.

El que la productora de Ultravioleta arrancase de manos de Wimmer el fruto de su trabajo y lo remontase para su estreno, amén de ciertos detalles, siembra sin embargo una duda venenosa en el crítico. Wimmer gozaba del reconocimiento de los aficionados al fantástico gracias a Equilibrium (2002), una distopía protagonizada por Christian Bale e inédita en España, para la que el director incluso había creado una coreografía de combate llamada gun-kata, presente asimismo en su segunda película. Ambas también comparten la idea del pastiche indeterminado. Por ejemplo: los títulos de crédito de Ultravioleta muestran portadas de tebeos dedicados al personaje. Pero el guión de Wimmer es original. Hacia mitad de metraje, una persecución de moto y helicópteros transforma literalmente la pantalla en la de un videojuego. Tampoco Ultravioleta está basada en ninguno…

A ello hay que sumar un planteamiento de los acontecimientos que en ocasiones hace pensar en la película como en la secuela de una primera parte inexistente. En fin, ¿pudiera haber pretendido Wimmer con Ultravioleta destilar una summa de la cultura conformada en los últimos años por cine, cómics y videojuegos, una película desprovista de otro sentido que el referencial? ¿Su intención habrá quedado desvirtuada por la intromisión de la productora?

No es que por eso uno vaya a salvar Ultravioleta. Seguramente no son más que excusas para justificar los ochenta minutos perdidos en su visionado. Se deja constancia de ellas por honestidad intelectual. Existe, además, una razón bastante más simple para entender esta película, proporcionada por un amigo: “Oye, ¿y no será que Kurt Wimmer le escribió el guión a medida a la Jovovich para luego enrollarse con ella? Al fin y al cabo es lo que hicieron Luc Besson en El Quinto Elemento y Paul Anderson en Resident Evil”. Dándole muchas vueltas mientras escribía esta reseña, después de todo creo que es la opción más plausible.

FICHA TÉCNICA DE ULTRAVIOLETA

Título original: Ultraviolet

Fecha de estreno: 16-06-2006

Web oficial: www.sonypictures.com/movies/ultraviolet/index.html |

Año: 2006 Duración: 88 min

Director: Kurt Wimmer

Guión: Kurt Wimmer
Intérpretes: Milla Jovovich, Cameron Bright, Nick Chinlund, William Fichtner, Ida Martin, Sebastien Andrieu

Lo mejor:  

-Los ojos y el ombligo de Milla Jovovich.

Lo peor:

-Recaudó 18 millones de dólares en EE.UU.

Puntuación:

1

Reservada a quien haya comprado en dvd la edición coleccionista platinum de Alone in the Dark.



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