Formado como actor, diseñador y director, Mike Leigh viene haciendo cine de autor, con sello propio, desde mediados de los sesenta.
En su país, Inglaterra, ha sabido ganarse el respeto de la crítica mostrando mejor que nadie las miserias y dobleces de la clase obrera británica. Este tema, que tan buenos resultados le dio en el pasado (“Secretos y Mentiras”) es abordado nuevamente en su última cinta: “Todo o Nada” con un resultado desigual, que no aporta nada nuevo en su obra.
Hay que reconocer que Leigh es un autentico artesano tras la cámara, y que en la dirección de actores ha hecho un trabajo más que bueno (especial atención al personaje de Marion Bailey). Pero también es cierto que la cinta carece por completo de sentido del ritmo y, lo que es más grave, de argumento alguno: da la impresión de que el director haya creado un puñado de personajes y los ha filmado sin que tengan nada que contarnos o mostrarnos, salvo su propia presencia.
La cinta nos relata la vida en un edificio de protección oficial, haciendo especial hincapié en los avatares de una familia de obesos con dificultades para llegar a fin de mes. Los mismos elementos que le sirvieron a Rossane para crear una de las telecomedias más importantes de la pasada década (gordos y pobres) son aquí la excusa perfecta para desarrollar un drama de proporciones bíblicas. Y es que a medida que la película avanza se va cogiendo más y más manía a los protagonistas, que sin tener nada que contar ni de qué quejarse ocupan gran parte del metraje con sus lloros, robando planos a unos estupendos secundarios, con problemas reales e interesantes, que son poco menos que ignorados.
El excelente trabajo de todo el elenco de actores, logra en ocasiones que el espectador preste atención a una pretendida historia que a la hora de la verdad brilla por su ausencia, y aporta credibilidad y realismo como una de sus escasas virtudes.
Una autentica pena que tanto talento soslayado, no se muestre enteramente, y se haya hecho un film corriente, más bien aburrido, cuando con los mismos ingredientes podría haberse logrado un resultado final mucho más apetitoso.