La sana intención del gobierno francés de cortar -por ley- la señal de los teléfonos móviles de particulares en cines y teatros -para evitar las interrupciones y respetar al autor e intérpretes de las obras- ha topado con la prohibición de la Comisión Europea, quién le acusa al país galo de ir en contra de las leyes de telecomunicaiones personales. Por otro lado, nadie se ha quejado de los apartos que cortan la cobertura instalados en las iglesias de media Europa; ¿será porque la entrada es gratis?