Probablemente quienes disfrutaron de la primera parte de La Jungla de Cristal como cinta de acción que merecía destacar sobre el resto, renieguen de forma rotunda de lo que la saga ha acabado siendo a partir de su cuarta parte, inclusive. Si superada la trilogía el bajón de calidad fue evidente, la degeneración parece un hecho tan imparable como los deseos de seguir sacando todo rédito posible a la franquicia.
Quizá con eso en mente Ben Trebilcook busca como guionista que la nueva cinta proyectada bajo el título Die Hardest (a ver cómo se las apañan ahora los creativos que tradujeron Die Hard por Jungla de Cristal) tenga vínculos con la primera parte y lo que esta significó, elementos que al menos en teoría parece tener claros.
"Qué puedo decir, qué puedo decir... ¿qué tengo permiso para decir? De acuerdo, sin revelar demasiado, McClane es invitado a Tokyo por la corporación Nakatomi en el 30 aniversario de la crisis de rehénes por sus logros al salvar a 36 personas. No es en absoluto un Black Rain, quizá tiene un estilo Rising Sun. Tampoco es una buddy movie. McClane empezó solo y debe acabar solo, por supuesto que contará con ayuda en varios aspectos, pero no es una Arma Letal o una película de Jackie Chan", explicó en What Culture.
Lejos de quedarse ahí, Trebilcook tuvo tiempo para referirse a la evolución del personaje: "McClane es un pistolero, un retirado, ebrio y destrozado cowboy; todo lo que ha pasado le pesa, sí, es una película, pero no es invencible, nunca fue James Bond. Eso es lo que me parece tan atractivo de su personaje, que puede resultar herido, veo la primera película como un drama con elementos de acción, le llevó su tiempo establecer su historia y desvelar grandes personajes, creo que tengo tanto eso como lo que llamaría el 'enrollador de manguera'".
Para aclarar esto último se refiere a cuando "en la primera película McClane salta con una manguera antiincendios, en la segunda salta de un avión rodeado de granadas, y en la tercera sale de un túnel con un chorro de agua", un momento que le parece tan identitario de la cinta como "quitarse cristales de los pies", algo que le emociona cada vez porque "perseguido por los chicos malos, o se enfrenta a ellos y muere o se retira descalzo sobre cristales rotos".
Finalmente, y por si fuera poco, Trebilcook implica a Samuel L. Jackson, todavía con un protagonismo indeterminado: "pasaron por mucho juntos, estarán, sin ninguna duda, en contacto".