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Black Snake Moan - critica de cine
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Black Snake Moan

El lamento de la serpiente negra

Un artículo de Diego Salgado || 05 / 6 / 2007

Esta película y su anterior “Hustle & Flow” postulan a Craig Brewer como uno de los cineastas más prometedores del actual cine norteamericano

En condiciones tan lamentables como su anterior Hustle \& Flow —pocas provincias, salas de extrarradio y únicamente en versión doblada— se estrena en España la tercera película del guionista y director Craig Brewer, que le confirma como uno de los autores más interesantes del cine norteamericano actual.

Brewer nació en Tennessee, estado perteneciente a ese Profundo Sur que ha generado la literatura y la música más viscerales de aquel país. Ambas artes sublimaron la miseria, la sensualidad, la religión y el clima de la zona en un imaginario de honda expresividad en el que los sentimientos humanos esenciales dispusieron de la voz que les negaba la realidad.

Para entender las películas de Brewer hay que calar en esa tradición cultural sureña, que él a su vez enriquece y cuestiona jugando con las expectativas del público. Las miradas naturalistas o postmodernas no deducirán de las imágenes de Black Snake Moan más que una sucesión de caprichos que irritarán a unos y divertirán a otros; que impedirán en cualquier caso la comprensión de las intenciones del realizador.

Un resumen del argumento tampoco aclara las cosas: Lazarus (Samuel L. Jackson), un agricultor negro furioso porque su mujer le ha dejado por su mejor amigo, encadena a un radiador de su salón a Rae (Christina Ricci), una joven blanca al borde del abismo emocional desde que su gran amor, Ronnie (Justin Timberlake), fuera llamado a filas. Lazarus pretende redimir a Rae de su condición de prostituta politoxicómana. Entre ellos se establece una relación de alto voltaje...

Brewer plantea la historia, el cartel anunciador, el contraste físico entre Lazarus y Rae, como cebos sensacionalistas que hagan pensar al espectador en un thriller erótico o un extravagante drama pasional ubicado en escenarios convencionalmente tórridos. Sin duda tales elementos también están asociados a la mítica del Sur, y se explotan durante el primer tercio del film con una contundencia asombrosa en el panorama aséptico y liofilizado del cine comercial de hoy. Baby Doll (íd. Elia Kazan, 1956), el cómic de Al Capp Li’l Abner, las canciones de Son House y otros representantes del turbio blues nacido en el delta del Mississippi, devienen referentes obligados que justifican la agresividad casi paródica del film, reforzada además en aspectos como los títulos de crédito o la fotografía de Amelia Vincent por una estética deudora de los desabridos setenta que ya singularizaba Hustle & Flow.

Sin embargo, poco a poco la película se desliza por meandros igualmente idiosincrásicos pero decididamente más cenagosos en los que secretos inconfesables, estigmas de culpa, naufragios personales y oportunidades inciertas adquieren una gravedad trágica más propia del William Faulkner que escribió Luz de Agosto que de un cómic o una canción, siendo tratados además desde una perspectiva espiritual y moralista que cabría tachar como mínimo de políticamente incorrecta, pero que resulta conmovedora.

Si Black Snake Moan no termina de cuajar es porque pasa del planteamiento dramático al desenlace sin trenzar sólidamente el nudo central, y porque visualmente Brewer no siempre sabe dar cuenta de sus preocupaciones. Señalemos como ejemplo sintomático dos escenas cruciales: la que enfrenta a Lazarus y Rae, armados con una guitarra, una voz rota y un abrazo, con una tormenta, no apura sus evidentes posibilidades épicas; y aquella en la que Lazarus se reencuentra con su vocación de intérprete de blues para deleite de una Rae que baila con alegría y naturalidad desatadas se concreta con una torpeza que nos hace añorar otra de propósito similar en Hustle & Flow, la grabación del tema It’s Hard Out Here For a Pimp.

Aun con estas pegas, nos encontramos ante una película inusual en las carteleras, que de ostentar la nacionalidad surcoreana o nigeriana recibiría paradójicamente más atención de la que va a concitar, y que cuenta con una soberbia selección musical y unas extraordinarias interpretaciones de Samuel L. Jackson y Christina Ricci. Quien no pueda ver Black Snake Moan en salas que la recupere en DVD. Vale la pena.

FICHA TÉCNICA DE BLACK SNAKE MOAN

Título original: Black Snake Moan

Fecha de estreno: 01-06-2007

Año: 2006 Duración: 115 min

Director: Craig Brewer

Guión: Craig Brewer
Intérpretes: Samuel L. Jackson, Christina Ricci, Justin Timberlake, S. Epatha Merkerson, Michael Raymond-James, John Cothran.

Lo mejor:  

-Jackson y Ricci.
-La actitud sentida y reflexiva del autor respecto al material que maneja.

Lo peor:

-La irregularidad dramática y la algo rutinaria realización.

Puntuación:

6,5

Recomendada a amantes de la cultura del sur estadounidense y degustadores de rarezas.



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