Aunque se había anunciado que Universal Pictures, el director James Wan y el guionista Chris Morgan habían rediseñado la producción de Fast & Furious 7 tras el parón derivado de la muerte de uno de los protagonistas de la franquicia automovilística, Paul Walker (en la imagen), con el objetivo de que su personaje, el policía renegado Brian O`Conner, cumpliese su función en el relato sin más imágenes que ya las rodadas antes del fatal accidente, la realidad ha acabado siendo más complicada.
Y es que queda ya solo un año para el estreno de Fast & Furious 7, y por tanto Universal no puede continuar guardándose información, ases en la manga; todos los implicados en el film han de tener claro qué hacer para que la película se concrete. Ha sido, lógicamente, el momento en que se ha filtrado que quedaban escenas con Brian O'Conner sin filmar, y que el estropicio no ha podido arreglarse recurriendo a modificar el guión o hacer trampas con el montaje.
Por ello, los ejecutivos de Universal han optado por una decisión delicada, añadir planos en los que efectos digitales y dobles simulen la presencia de Paul Walker. Es algo que se ha hecho antes (cuando murieron Oliver Reed en pleno rodaje de Gladiator o Brandon Lee en de El Cuervo), pero la estrategia requiere de mucha mano izquierda para que, ni los familiares del finado, ni los aficionados a la franquicia Fast & Furious, sientan que se ha traicionado al actor o a la esencia del personaje.