“El cine como lo conocía, ha muerto”, declaró meses atrás Quentin Tarantino a propósito de la muerte del celuloide y la imposición de la digital. Con tal enfoque, no es de extrañar que el director haga cuanto esté en sus manos para mantenerse fiel al soporte, tratando de contener la dictadura digital que para él nunca podrá ser equiparable al aspecto clásico.
Curiosamente, en esta decisión aparece de la mano de Martin Scorsese, y decimos curiosamente porque precisamente fue su El lobo de Wall Street la primera en ser distribuida enteramente de forma digital, por más que el realizador aparezca como uno de los grandes defensores de los 35 mm.
A ambos se les unen Judd Apatow, Christopher Nolan y J.J. Abrams, quienes tienen su parte de responsabilidad en la decisión de Kodak de mantener la producción, gracias también al compromiso alcanzado con Warner, Universal, Disney, Weinstein Co. y Paramount, quienes adquirirán una determinada cantidad de material en los próximos años.
Cabe recordar que en la última década Kodak ha experimentado una caída del 96% en el suministro para cine, representando en la actualidad un 6% de su volumen de negocio. Fujifilm ya abandonó el sector el pasado año, y por esta vía se mantiene durante unos años el celuloide como forma de hacer cine.