Viendo la última película de Gerard Depardieu, nuestra memoria cinéfila nos ha remontado sin demasiada dificultad a otra historia de amor imposible que ya protagonizó nuestro protagonista con la actriz Andie Macdowell en la década de los noventa. Aunque haya pasado cerca de quince años desde el mayor éxito comercial fuera de su país (Matrimonio de conveniencia de Peter Weir), Depardieu sigue conservando ese aire desvalido que tanto gusta al sexo opuesto. En este caso, el orondo actor interpreta a Alain, un cantante de salas de fiestas para la tercera edad. Una noche conoce a Marion (Cecile de France) una joven con la que no tiene nada en común.
Esta atípica pareja compone en Chanson d’amour una historia que rompe con el cliché de chico conoce chica que acaba enamorándose tras sucesión de encuentros más o menos fortuitos. Esta vez, la imposibilidad amatoria se presenta al compás de una música pasada de moda, allí donde las orquestillas de medio pelo campan a sus anchas entre tanta bola de discoteca y trajes horteras. En ese tedioso circo de purpurina surge la particular chispa entre ambos, iniciándose una serie de encuentros que caminan de manera acompasada, siguiendo una partitura armoniosa, íntimamente conectada con la canción melódica interpretada por el personaje principal. Parte del buen funcioamiento de este filme dirigido por Xavier Giannoli se debe al talento del espléndido Depardieu, sobrademente demostrado en infinidad de producciones. Ese aire de perdedor en el terreno amoroso se combina con el grado de sofisticación aportado por su partenaire femenina de France, actriz que da vida a una agente inmobiliaria en principio muy alejada del ambiente en el que deambula el cascado Alain.
El resto se completa con una cadencia del ritmo narrativo adecuado al estilo ligero que representa el protagonista, un estilo, a modo de ver del director, atractivo. El conjunto resulta gratificante dada su falta de pretensiones, aunque el desenlace mantenga un cierto grado de incredulidad a propósito de su verosimilitud. Pero si más de uno se creyó una posible relación del mismo Depardieu con la Macdowell ¿por qué no ésta? Juzguen ustedes mismos.