"No es la película bélica de tu abuelo", explica Bill Block, productor de Furia. "Es un mundo diferente al de tu habitual película de guerra", añade el director y guionista David Ayer. "Si nuestras cosas no estaban ordenadas teníamos que pagar por ello con multas físicas", remata Brad Pitt, en lo que ya suena a un exceso de marketing para lograr repercusión para la cinta.
A la hora de ubicar a la producción y diferenciar su planteamiento de otras películas del género, Furia pretende volver a la Segunda Guerra Mundial y sacar todavía más rentabilidad del conflicto apuntando a "uno de los periodos olvidados en los últimos suspiros del imperio nazi, con el ejército americano luchando durante años y con sus últimas reservas" (según explica el antes citado David Ayer). Ahí, "todo el mundo sabe que la guerra está acabada. Están luchando hasta el último hombre, mujer y niño. Eso es lo que trato de capturar, ese sentido de tragedia y de consecuencias que siento que tantas veces se ha perdido en esas películas".
Para lograr reflejar esa época, Ayer consultó a muchos veteranos, que le subrayaron cómo "había un lado muy difícil en la lucha. Que las decisiones que la gente tomaba eran muy difíciles. Y sobre eso va esta película". Porque "la guerra era en blanco y negro, el bien contra el mal, pero la lucha diaria era fría, húmeda, miserable, agotadora, aterradora y repleta de furia".
La película tiene fecha de estreno prevista para principios de año, el 16 de enero de 2015 concretamente.