Avatar, el proyecto en el que James Cameron sigue centrado.
Medio año. Eso es lo que ha durado la fascinación de James Cameron por Oculus Rift. El veterano realizador se había mostrado entusiasmado hace poco más de seis meses por la realidad virtual del sistema ahora propiedad de Facebook (en unas declaraciones interesantes para apreciar la metamorfosis de su opinión), y ahora no le merece más que un bostezo.
“Parece haber mucha excitación sobre el tema, pero para mí da para un bostezo, francamente. La pregunta que siempre me viene es cuándo va a ser algo maduro, cuándo será aceptado por un público amplio, qué nivel de interactividad dará más allá de estarse quieto y mirar alrededor”, comienza antes de sentenciar: "Si quieres moverte alrededor de una realidad virtual se le llama videojuego y ha estado ahí siempre”.
El mayor elogio que le queda para Oculus, es tan tibio como el que sigue: "Oculus Rift está bien, tiene un buen visor y esas cosas”.
Visto lo visto, parece que Cameron ha dejado atrás su sueño de poder protagonizar otra revolución como ya hizo con las 3D de Avatar, en la que ahora trabaja para convertirla en saga a golpe de secuela anual. Tendrá que seguir buscando...