“Hay una palpable tensión creciente entre residentes y visitantes. Todo el mundo está furioso. Me estremece pensar qué pasaría si alguno de los visitantes fuera armado. Uno de estos días, alguien va a salir herido. Está así de mal”, explica uno de los vecinos de Beachwood Canyon a The Hollywood Reporter. ¿Los motivos? La fuente de problemas que supone convivir con las icónicas letras de Hollywood tan cerca de sus casas.
“Es más drama del que quieres cuando llevas una vida pacífica”, explica Jeffrey Kleiser, reputado responsable de efectos especiales que cuenta cómo regularmente alguien se accidenta en la zona a la que acuden a hacer turismo o deporte, inconscientes de lo escarpado del terreno. Los problemas no acaban ahí: atascos, incendios por colillas mal apagadas, preservativos de parejas que acuden inspirados por el atractivo de la zona a aparearse…
Propiedad de la ciudad, pero con mantenimiento del estado, la inexistencia de ingresos directos a causa de las famosas letras repercute en una fuente de gastos a los que nadie quiere hacer frente, un quebradero de cabeza que hace desear a los vecinos que sean eliminadas para siempre, todo ante la incompetencia de las autoridades locales para evitar los conflictos. El tiempo dirá si la situación acaba en drama… si es lo suficientemente llamativo como para ser recogido posteriormente en una película de la industria a la que ese rótulo da nombre.