Birdman dice mucho más de lo que cuenta su historia, y su elaborado guion tiene mucho de análisis del cine y todo lo que este engloba: audiencia, creadores, críticos y las vidas del personal implicado. En ese sentido, la mercadotecnia y las tendencias tienen un papel destacado, y con esa idea en mente no resulta tan extraño el final original que iba a tener la película de Iñárritu.
En su versión inicial, cuando el personaje de Michael Keaton Riggan Thompson ha acabado su representación, nos encontraríamos con una escena con él mismo hablando del gran éxito crítico de su representación. Entonces “la cámara se deslizaría como lo ha hecho durante toda la película y nos llevaría de nuevo al vestidor, donde literalmente nos encontraríamos con Johnny Depp mirándose en el espejo y poniéndose la peluca de Riggan Thompson, y el póster de Piratas del Caribe 5 estaría a sus espaldas. La voz de Jack Sparrow le preguntaría: ‘¿qué diablos hacemos aquí, colega?’, sería una sátira en forma de bucle”, explica el coguionista Alex Dinelaris.
Ciertamente, con Piratas del Caribe 5 en producción, esa idea no parecía excesivamente factible, aunque sí resultaba original y extendía el tema de las sagas que absorben toda la atención (y por el camino películas de otra temática, la vida de quienes trabajan para ellas...) más allá del cómic, apuntando a otro fenómeno implacable en la taquilla como la franquicia de Jack Sparrow.