"Muchas de mis películas favoritas son secuelas. Pero me empieza a preocupar cuando se llevan más del cincuenta por ciento del total de los presupuestos, los presupuestos totales de Hollywood, porque significa que no se está introduciendo nada nuevo en el ecosistema. Eso no es sano a largo plazo para el cine", explica Brad Bird en Entertainment Weekly. Y pese a que no supone ninguna revelación novedosa, sus declaraciones sí resultan simbólicas por cuanto en la carrera del realizador tuvo una especial importancia el estreno de la cinta animada de Pixar Los Increíbles, en cuya continuación trabaja y que viene a ser una de esas muestras de que al integrarse en Disney el compromiso de originalidad de Pixar tuvo que ceder a las continuaciones.
Con todo, no hay incoherencia en su discurso, no en vano el pasado verano Pixar llevó a las carteleras Del Revés en lo que es una exhibición de originalidad. Lo que Bird propone es que "todos los estudios deberían permitirse, como una paga, un cierto número de franquicias, y entonces como una inversión de futuro, intentar esas cosas arriesgadas que todavía no se han puesto a prueba".
Bird, declarado fan de Star Wars, cita a El Retorno del Jedi como ejemplo de una buena secuela por la que no hay que atacar a la mera idea de la continuación. Pero en esa línea recuerda que "hubo una vez en que Star Wars fue una empresa arriesgada".