Tras ser avalada por su selección para representar a Alemania en los Oscar de este año, se estrena entre nosotros este experimento fallido que hace aguas escandalosamente a partir de la primera media hora de metraje.
No obstante, se quiere partir de una idea que, a primeras, parece sugestiva: 20 personas son seleccionadas tras unos exigentes tests mentales y físicos para asignarles diferentes papeles, de carceleros y presos, dentro de una prisión construida al efecto; todo ello con fines de un supuesto estudio científico, estudiar los comportamientos humanos, según dicen.
Pero como ya decía Sir Alfred Hitchock, “lo malo de un principio demasiado bueno es que es muy difícil mantener el nivel durante el resto de la película”, cosa que aquí se hace tristemente palpable.
Porque lo se quiere vender como algo moderno, rompedor, es desaprovechado por todos lados, siendo no más que otra película de carceleros, que además de tópica –con super malo incluído- no va más allá del aburrimiento más plano y somnífero.
Todo esto, unido a desnlaces previsibles, abusos de los carceleros más vistos que el TBO y un final de lo más barato y complaciente hacen, en conjunto, un film tremendamente fallido y prescindible.
Para terminar, una pregunta: si esto es la punta de lanza para Alemania, seleccionándola para los Oscars ¿cómo será el resto?