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10.000

The Show Must Go On

Un artículo de MG || 12 / 3 / 2008

En El Ladron De Orquídeas, el portentoso guionista Charlie Kaufman se desdoblaba en dos gemelos interpretados por Nicolas Cage para dar rienda suelta a sus inquietudes como escritor y ser humano. Una de esas dos caras, en mitad de una crisis de inseguridad asiste a unas charlas de redacción donde supone recibirá algún consejo que le hará ver la luz. De las varias instrucciones que allí da un maestro a su público de aspirantes, hay una muy clara: “nunca, nunca uséis la voz en off”.

A pesar de que al final de la cinta el propio Kaufman responde a ese axioma con un “qué diablos” para lanzar en off sus propias reflexiones, el desprecio a este recurso tiene la suficiente lógica como para ser una regla a la que sólo ocasionalmente permitir excepciones. Se trata de que el universo ficticio que nos presenta el cine pierde entidad y naturalidad con su intermediación, demostrando el fracaso de la propia cinta como narración autónoma por necesitar de ayudas adicionales.

La voz en off puede además revestir diferentes modalidades, de las que fundamentalmente destacan tres tipos: cuando uno de los propios personajes nos introduce en hechos de los que ha sido testigo (ahorrando pues tramos de metraje y esfuerzos por transmitir emociones por medio de sus palabras), cuando este personaje nos introduce en un tiempo diferente, y finalmente la voz “cuentacuentos” que no interviene por sí misma sino que es una mera herramienta para introducir la historia.

10.000, la nueva superproducción de Roland Emmerich, utiliza esta última figura de guión para meternos en su trama, hacerla avanzar, y tratar de explicar las cuestionables decisiones de su desenlace. En cada uno de esos momentos constata su fracaso a la hora de hacer que el argumento funcione de forma autónoma, algo que viene también marcado por las propias necesidades industriales de las que la obra de Emmerich es víctima.
Estas necesidades se refieren a su condición de elegido obligado a mover los proyectos faraónicos de Hollywood asegurando rentabilidad, responsable de grandes ingresos y de manejar para ello comprometidos presupuestos. En esa división, frente a la funcionalidad bajo mínimos de mediocres como Stephen Sommers, y frente a los directores eficaces como Spielberg, Emmerich suele situarse en una posición intermedia, cumpliendo por los pelos, lanzándose en cuanto tiene ocasión a los reclamos de taquilla al margen de que sus planteamientos de videojuego le reduzcan el potencial creativo.

El caso de 10.000 tiene algún rasgo distintivo, pero se encuentra excesivamente determinado por esas mismas necesidades de mercado que le sirven de génesis y que la condicionan: la inspiración de Apocalypto como escenario y argumento (pasado remoto, tribu secuestra a tribu, viaje de rescate), animales antediluvianos (¿saturación de dinosaurios? alternativa con forma de avestruz grotesca) y un escenario gigantesco que llene la amplia pantalla de los multisala para tratar de que su público natural interrumpa momentáneamente la ingesta de palomitas.

Quizá, con todo esto, sus rasgos más diferenciadores sean los que hacen de ella una cinta con algo de desustanciado a pesar de sus intenciones de arrobamiento, donde la falta de empatía con sus personajes convierte su metraje en un viaje igual de tortuoso que el de sus protagonistas. Poco importa su destino, pocos espectáculos visuales pueden sorprendernos cuando su propio director y su terrorismo visual destrozando ciudades nos ha mostrado en el pasado imágenes tan contundentes como para que aquí algo nos impresione. Si unimos esto al guión que él mismo ha firmado con Harald Kloser (a su lado en El día de mañana, y coautor de Alien Vs Predator), con sus aires de déjà vú, su saturación de chamanes siniestros que parecen intentar ser recordados por el público cuando apenas merecen un desprecio, nos encontramos con los solitarios aciertos de las luchas contra monstruos prehistóricos que mantienen nuestra atención. Es por ello comprensible que deba aparecer la voz en off para narrar lo que la propia historia no puede hacer. Así se convierte en esencial para dar forma a un espectáculo situado en las baldías tierras de lo anodino, donde no satisfará plenamente ni a quienes disfrutaron con las exhibiciones visuales de sus anteriores trabajos.

FICHA TÉCNICA DE 10.000

Título original: 10.000 BC

Fecha de estreno: 12-03-2008

Año: 2008 Duración: 109 min

Director: Roland Emmerich

Guión: Roland Emmerich, Harald Kloser
Intérpretes: Steven Strait, Camilla Belle, Cliff Curtis, Joel Virgel, Ben Badra, Mo Zainal, Nathanael Baring, Marco Khan

Lo mejor:  

-Algunas escenas de acción.

Lo peor:

-La falta de calado de su propuesta, incluyendo sus mejores bazas.

Puntuación:

3

Tentativa de espectáculo y de émulo de glorias de otras cintas.



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