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Entrevista al director Max Lemcke

Un artículo de Rosa Cabrera || 08 / 5 / 2008

Max Lemcke, autor de premiados cortometrajes y del documental Mundo fantástico, debuta en el largometraje de ficción con Casual day, una película que disecciona el mundo laboral dejando al descubierto todas sus miserias y al que le acompaña un extenso y acoplado reparto.

- Trabajaste durante 12 años en Telefónica, ¿ te influyó esa experiencia para hacer esta película?

-Bueno, exactamente la película no tiene que ver con que yo haya trabajado en una empresa grande. De hecho, ya me había olvidado de mis años allí . Lo que sí tienen en común es que yo, a diferencia del personaje que cuenta la película, tomé la decisión de dejar las cosas que no me gustaban en un momento dado, pero la elección del mundo de las grandes empresas fue sólo un pretexto. Al final, la empresa no se ve por ningún lado, es sólo un ente que está alrededor, siempre presente, estaba ya en el origen del guión de Pablo y de Daniel, ya estaba así estructurado y ellos no han trabajado en una gran empresa. Era un pretexto bueno para poner allí unos personajes y contar una historia.

- ¿Que querías contar con esta película más allá de realizar un reflejo del mundo laboral?

- Bueno, la película cuenta muchas cosas pero sobre todo sigue una línea básica que se podría definir como la necesidad de tomar las riendas de tu vida, siempre, de no dejar que los demás decidan por ti, de saber lo que quieres hacer, lo que quieres y ser y como organizar tu vida.

- ¿Cómo es el trabajo con los guionistas de la película, Pablo y Daniel Remón?

- Todo surgió con otro guión que no tenía nada que ver con éste. Estábamos trabajando en otra historia con varias tramas y, en una de ellas, varios oficinistas iban a un casual day. Ese guión primario se bloqueó, no supimos sacarlo adelante y esa trama, al principio pequeña, empezó a darnos juego y vimos la posibilidad de seguir adelante con ella. Se le añadió personajes y se convirtió en Casual Day.

-Entonces ¿si que acostumbras a participar en el proceso de escritura?

-Depende, en este caso sí participé en ese guión original, pero no en la primera versión de Casual Day. Nos separamos un verano para irnos de vacaciones y seguir trabajando a la vuelta y cuando volvimos Pablo y Daniel me dijeron, “mira, hemos escrito todo esto” y ahí estaba la primera versión del guión. Luego sí que me incorporo y trabajo con ellos habitualmente y vemos tramas y cambiamos cosas, pero el germen lo tenían ellos.

- La película se desarrolla prácticamente en un único escenario, supongo que eso facilitaría las cosas durante el rodaje

- Casual Day es una película pequeñita y no rodamos muchas semanas, no, unas 5 semanas y media. Rodar en una localización única te permite la posibilidad, por ejemplo, de rodar un día ese plano que te falta y no exige hacer grandes desplazamientos. También hemos tenido la ayuda del tiempo, no nos hizo muy malo teniendo en cuenta que hemos rodado en el País Vasco y en noviembre. Lo más complicado era mantener el raccord porque la película trascurre en un día y medio y al rodar en 5 semanas, evidentemente, el tiempo cambia y hemos tenido que amoldarnos a eso y hacer encaje de bolillos.

- Tienes experiencia en el campo del cortometraje y del documental pero nunca habías trabajado con actores profesionales ¿qué tal la experiencia?

- Al principio hice cosas con actores no profesionales, también porque eran cosas muy realistas y siempre he cogido gente que se amoldaba mucho al personaje, pero que no eran actores o que se estaban preparando, pero no tenían mucha experiencia. Y claro, en este caso era totalmente diferente. Todos los actores tenían más experiencia que yo y me daban 10 vueltas en ese aspecto, en horas de vuelo. Pero bueno, no ha sido nada difícil, porque como veníamos de un guión muy bien escrito, ellos entendían muy bien a los personajes. También hemos tenido muchos ensayos. Lo bueno del trabajo del director es que siempre estás aprendiendo. Ahora estoy haciendo teatro, por la experiencia con los actores, que me ha interesado tanto. Con ellos sacas muchas cosas, con su ayuda, es maravilloso cuando estás dedicándole tiempo y esfuerzo y en un ensayo sale una cosa que no salía, que no encontrábamos y, de repente, sale y estalla. Eso es de lo que más he disfrutado en esta película, de poder trabajar con gente que tenía tanto bagaje, que me ha ayudado mucho.

-Tu primera película, el documental Mundo fantástico, no se estreno en salas comerciales

- Sí, des el principio la plantee como una producción de guerrilla. Se produjo de la misma manera que los cortos que había hecho, pero siempre hice lo que quería hacer, con una independencia total. Estoy muy orgulloso de Mundo fantástico y si no la hubiese hecho probablemente tampoco hubiese hecho Casual Day ahora o no lo hubiese hecho de esta manera. En ese aspecto, ha valido la pena. Pero siempre estuvo planteada con un desinterés comercial, sabía que sería muy difícil estrenarse. Los actores no eran profesionales, hacían teatro a nivel muy independiente y trataba el mundo del peep- show por dentro, el mundo de las chicas que se desnudan. Pero estaba tratado de un modo muy poco morboso, no sale sexo, es más intimista, de lo que ocurre detrás, de su vida cotidiana cuando llegan a casa. Y en España no hay un circuito muy claro para esas películas, se movió por festivales. Pero yo creo que algún día se editará en dvd y se verá. De hecho, está en mucho libros de referencia como película de culto, maldita, gracias a amigos periodistas que les gustó mucho y siempre la están cuidando.

-En ese sentido, para este tipo de películas los festivales cumplen una labor primordial.

-Sí, sin los festivales este tipo de películas no tendrían el empuje necesario. Cuando he estado seleccionado en diversos festivales, pues ha sido una gran satisfacción. Y luego te das cuenta de que había un público para esas películas pero aquí no hay mucha posibilidad de circuitos. Estuvimos también en la sala independiente La Enana marrón durante un tiempo y ahí tenía su público, siempre solía estar la sala llena. Creo que ha sido un paso natural. Casual Day también es una película independiente, pequeña. Es verdad que los actores son muy conocidos todos, pero porque también hacía falta personajes más currados, más trabajados.

- En la película vemos lo que los personajes están dispuestos a sacrificar por conseguir llegar adonde quieren. ¿Te has sentido así también dentro del mundo del cine?

-Yo he tenido más o menos suerte. Siempre existen presiones, cuando uno hace una película y tiene detrás el dinero de otros pues, evidentemente, sufre presiones, pero es una presión matizada, nadie te obliga nunca a nada, se dicen las cosas de forma velada, con doble sentido, por debajo, como los personajes de la película. También hay de esto en el mundo del cine como en el mundo de la empresa. La gente pone su dinero para ganar más dinero, pero lo glorioso es que dentro hay algo de arte en este trabajo. Pero, en general, he tenido bastante suerte. Es importante peleárselo y también influirá, supongo, el que haya llegado aquí con una cierta edad. A lo mejor si hubiese hecho la película con 18 años me hubiesen presionado de otra manera, pero también inflluye tu propio carácter, el tener las cosas claras, el saber parar cuando llegan las presiones para que nos sean más insoportables. Pero hay que aprender a lidiar con eso en el mundo del cine, evidentemente, porque siempre llegan de algún lugar, desde las televisiones, las distribuidoras...

- ¿Han ayudado tus trabajos anteriores a la hora de encontrar financiación para la película?

- Sí, claro que han servido. Aunque cuando lleve el guión a las productoras me vendí como un paquete entero, lo dirigía yo o no se hacía la película, porque tenía una precompra de los derechos del guión.

- Y ese proceso de búsqueda costó mucho, te llevó mucho tiempo?

- No, fue rápido. Ya tenía otras experiencias de haberme movido por productoras en otros proyectos. En el cine español hay un problema muy anquilosado, hay mucha falta de respeto cuando llega un guión a una oficina. No se contesta, no se dice nada, no se ponen la teléfono... Hay mucho de esto y es triste. Así que esta vez, dije, “voy a ir sólo a la gente que sé que me va a recibir, que va a leer el guión y que me va a responder a la semana”. Solamente fui a dos productoras y a Iker Monfort. Él es un productor joven, con otras ideas, con otros modales y en seguida le entusiasmo el guión y no tuvo más remedio q hacerlo conmigo (Risas)...

-Estudiaste la carrera de Comunicación audiovisual y años más tarde estuviste dando clases de Realización cinematográfica en León. ¿Qué cosas que echaste en falta como alumno incorporaste después como profesor?

- Mi experiencia como profesor fue divertida, también dura, pero disfrute con los alumnos. Lo q intentaba darles era toda mi pasión por el cine. Tal vez eso era lo que faltaba cuando yo empecé en esto. Ibas a talleres en donde interesaba más ganar dinero que trasmitir esta pasión y yo, cuando he dado clases, he intentado contar lo que sabía y trasmitir ese amor por el cine y esas películas que forman parte de tu espíritu y de tu vida. Porque creo que es la única manera, tal vez, de llegar al cine.



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