Supongo que fue el dinero –algo totalmente respetable- lo que llamó a Jaume Balagueró y Paco Plazas, dos reputados directores de cine de terror ¿?, a hacerse cargo de esta cosa mal hecha que alguien nos quieren vender como documental.
Yo mismo escuché como a los directores les gustaba el proyecto y aceptaron porque era todo un “riesgo”; ir más allá de las galas y conocer mejor esos 16 chicos que hacen tan bien gorgoritos...
Nada más alejado de aquello, se nos entrega –tras pasar por caja- una ramplona actuación en directo y breves reflexiones de los “artistas” a la altura del peor calendario zaragozano; a excepción de un luminoso –aunque sólo sea por 1 minuto- Javián. Se echa en falta algo más, porque cantando, ya los hemos visto a todos de sobra.
La productora ha distribuido más de trescientas copias para el gusto de todos nosotros; mal echo; la sala a la que asistí estaba vacía –ahí éramos menos de 10- y no creo que pese a las expectativas vaya a ser un éxito de taquilla.
La razón, ese sano boca boca que hace que las películas modestas –si es buena- aguante semanas, meses, en cartel y si es mala –como es el caso- por mucha promoción y bombo se desinflen tras el primer “finde”, tal y como se merecen estos chicos de la Academia.