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Mentiras y gordas - critica de cine
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Mentiras y gordas

Supeficialidad a raudales

Un artículo de Inma Valls || 03 / 4 / 2009
Mentiras y gordas

Los estereotipos utilizados rayan la vulgaridad más absoluta, convirtiendo a los personajes en meros títeres de la idiotez.

El año 2008 ha proporcionado más penas que alegrías a la taquilla de nuestro país. Los más optimistas opinan que la cuota del cine español ha subido algo más de medio punto con respecto al año anterior, pero no podemos olvidar que ese mismo porcentaje, situado en un 14% de cuota de pantalla sigue pareciendo una ridiculez frente a los estratosféricos números de la omnipresente maquinaria norteamericana. No existen fórmulas mágicas en el mundo del espectáculo, pero no por eso hay que dejar de intentarlo. Así han debido de pensar los directores Menkes y Albacete con esta Mentiras y gordas, propuesta dirigida al público adolescente como ya hicieron tras presentarse en sociedad con Mas que amor frenesí o Atómica.

En esta ocasión, la idea que intenta poner rumbo hacia el éxito asegurado parece, a simple vista, cantada: un puñado de chicos atractivos surgidos de la fructífera cantera televisiva , mucho sexo y drogas de diseño a porrillo conjugados sin atisbo de cerebro en esta lamentable incursión en el universo adolescente.

Tras el horrendo visionado en una la sala atiborrada de jóvenes que vitoreaban sin parar en las escenas de sexo –en las que los personajes conversaban no se prestaba demasiada atención, y lamentablemente no se perdieron nada relevante- no dudamos de que el producto conseguirá una nada desdeñable taquilla, pero de lo que no dudamos tampoco es de que la calidad se cayó del montaje final.

La sorpresa, y no tan grata, ha sido encontrarse en el guión con Ángeles González-Sinde, lúcida escritora con la capacidad suficiente como para dar profundidad a unos protagoristas que van a la deriva pese a su corta edad. Nada de eso existe en Mentiras y gordas especie de panfleto absurdo del desenfreno, tan estereotipado que consigue insultar a la inteligencia del espectador.

Existen numerosos ejemplos de cómo se ha tratado en el cine el espinoso camino hacia la edad adulta, obras que representaban con acierto las contradicciones propias de la edad huyendo del etiquetado fácil (entre ellas destacan Historias del cronen de Armendáriz, escalofriante retrato de personajes al límite, o Krampack de Cesc Gay, filme de especial sensibilidad ). En el caso que nos ocupa, los estereotipos utilizados rayan la vulgaridad más absoluta, convirtiendo a los personajes en meros títeres de la idiotez, con escenas tan lamentables como las perpetradas por Alejo Sauras y Miriam Giovanelli, por no hablar de la sonrojante moralina del final (si te pasas te lo pierdes, jo tía).

Mentiras, amores frustrados, raves, afters y el ya mencionado sexo y pastillas se combinan por tanto de manera burda, con la simple intención de que los actores de moda –que todo sea dicho, no se defienden tan mal- luzcan sus cuerpos cada vez que se les da la ocasión... que no son pocas.

FICHA TÉCNICA DE MENTIRAS Y GORDAS

Título original: mentiras y gordas

Fecha de estreno: 27-03-2009

Año: 2009 Duración: 107 min

Director: Alfonso Menkes y David Albacete

Guión: Alfonso Menkes y David Albacete/ Angeles Gonzalez Sinde
Intérpretes: Ana de Armas, Hugo Silva, Alejo Sauras, Miriam Giovanelli

Lo mejor:  

- Que los actores logran salvarse de la quema.

Lo peor:

- Uf, no sabría por donde empezar

Puntuación:

2

peripecia grotesca que trata a los adolescentes como si fueran idiotas sin cerebro.



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