El hombre que escribió esto debió sentirse por momentos muy acabado. El guión es el resultado de la adaptación por Charlie Kaufman (Cómo ser John Malkovich; Adaptation. El ladrón de Orquídeas) de la autobiografía no autorizada de Chuck Barris, un famoso productor de la televisión americana. El planteamiento es tan absurdo como interesante y se le ocurrió al propio Chuck Barris. La película consigue que te lo creas.
Confesiones de una mente peligrosa es el resultado de lo que pasa cuando se junta una tropa de actores brillante (Drew Barrimore, Julia Roberts, George Clooney y Sam Rockwell) con un texto fenomenal y bajo una realización ordenada. Sí, además de saber interpretar papeles de listo, al dirigir esta película Clooney ha demostrado que lo es.
Kaufman acusó al actor en el número de Mayo de la revista americana Arena de haber perjudicado su texto con la realización. Por lo visto George le dejó a un lado durante el rodaje y filmó varias cosas como le dio la gana. Pasa en las mejores familias. Por el resultado de la película, aparentemente no hay nada que lamentar. Aunque nunca se sabe. El guión había sido elegido en su día por la revista Hollywood Entertainment como uno de los diez mejores no producidos. La historia se tiró años en el armario; al menos el galán ha tenido el valor de materializarla.
La trama no pierde comba en ningún instante. Llenando de tristeza por momentos y cargando de risas en otros. Aunque la vida del protagonista resulta completamente absurda, la narración logra parecer sincera. Se nota que hay una existencia vivida detrás, unas frustraciones y éxitos con los que el espectador no tiene otro remedio que identificarse. Sam Rockwell interpreta al eterno soltero con todas sus dudas y grandezas, perdedor para unos, ganador para otros. Bellísimo el papel de Drew Barrimore; mientras que Julia Roberts es fiel a las expectativas. Nada más que decir. Cuanto menos sepan de esta fabulosa trama, más posibilidades tendrá de dejarles boquiabiertos.