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Al límite

El loco, la loba

Un artículo de Diego Salgado || 01 / 3 / 2010
Al límite
Etiquetas: Al límite / Acción /

Mel Gibson pulula por "Al límite" sin implicarse en ella, más preocupado por colar en la ficción declaraciones de principios extemporáneas que por prestar verosimilitud a su presencia.

“Soy un tipo sin nada que perder y a quien todo le importa una mierda. ¡Abróchese el cinturón!” Aunque al poner estas palabras en boca de Mel Gibson no hubiese por parte de los guionistas de Al límite, William Monahan y Andrew Bovell, una intención referencial, nos ha resultado imposible no ligarlas a las que pronunciaba Bette Davis en Eva al Desnudo (1950): “Esta va a ser una noche movidita. ¡Abrochaos el cinturón!”.

El film de J.L. Mankiewicz supuso la resurrección cinematográfica de Davis tras un incómodo lapso de ostracismo profesional: las líneas de diálogo citadas revelaban a sus fans que La Loba —apodo de Davis tras su memorable papel en una realización de William Wyler fechada en 1941— había vuelto con las garras y los colmillos tan retorcidos como siempre; aunque el argumento de Eva al Desnudo evidenciase a la postre que el tiempo de la actriz Margo Channing/Bette Davis había pasado, que sus agresivas armas expresivas ya no podían doblegar un nuevo paisaje representativo encarnado en la sutil y ladina Eva (Anne Baxter).

Del mismo modo, Mel Gibson protagoniza de nuevo una película después de siete años sumido en problemas familiares y de orden público, y de haber demostrado en La Pasión de Cristo y Apocalypto el poseer un discurso propio como director (por tosco o incómodo que les parezca a algunos). Y lo hace en el registro de la visceralidad paroxística que sus propias realizaciones, así como sus caracterizaciones en Payback, Conspiración, Rescate, las sagas Mad Max y Arma Letal y hasta Hamlet, han ido moldeando y sublimando progresivamente hasta conformar un único personaje arquetípico, El Loco, empeñado cual Diógenes en iluminar sin adornos las hipocresías y facetas más incorrectas de sus contemporáneos.

En Al límite, Gibson vuelve a la carga en la piel de Thomas Craven, un policía de Boston que, a través de su hija, se ve implicado en una trama criminal con ramificaciones policiales, corporativas y políticas que resolverá, obviamente, pistola en mano. El problema es que la cinta no se atreve a concretar nunca si es una derivación de Infiltrados (de la que William Monahan también fue guionista; ambos films se ubican incluso en la misma ciudad) o una película de justicieros pura y dura, género que la estupenda Venganza llevara el año pasado al extremo de la abstracción.

O, dicho de otra manera, Al límite no tiene claro si seguir la línea de la serie televisiva británica en que se basa, la del thriller grave y combativo —que Martin Campbell, realizador asimismo de la serie en 1985, materializa con singular atonía—, o la del film de acción con lo que ello implica en términos de tópicos y catarsis: véanse el rol ridículo de los sucesivos confidentes de Craven o el precipitado desenlace en la mansión, que tanto nos recordó al de Best Seller (1987).

Mel Gibson, a cuyas limitaciones interpretativas no les ha sentado nada bien un envejecimiento excesivo para sus cincuenta y cinco años, pulula entre los registros descritos sin imbricarse en ninguno, por encima del bien y del mal, más preocupado por colar en la ficción declaraciones de principios extemporáneas que por prestar verosimilitud a su presencia. Es, sencillamente, como si estuviese tratando de reubicarse en pantalla pensando en otra cosa, sin atender a los materiales que se han puesto a su disposición.

Bette Davis tuvo la suerte de contar como guionista con Mankiewicz, capaz de aunar vida y arte en un papel definidor por sí mismo de toda una carrera y toda una personalidad. Algo que, salvando las distancias, también les sucedió recientemente a Clint Eastwood en Gran Torino y a Mickey Rourke en El Luchador. Mel Gibson no ha tenido quien le escriba (bien) en Al límite o, como a su personaje, le ha faltado humildad y le ha importado una mierda lo que otros tuvieran que decir, disfrazado de sí mismo con un crucifijo al cuello y la sonrisa desquiciada de siempre. Su desubicación en el universo aséptico que retrata Martin Campbell tiene poco de artística y mucho de personal.

FICHA TÉCNICA DE AL LÍMITE

Título original: Edge of Darkness

Fecha de estreno: 26-02-2010

Web oficial: edge-of-darkness.warnerbros.com/ |

Año: 2009 Duración: 117 min

Director: Martin Campbell

Guión: William Monahan, Andrew Bovell, basado en la serie televisiva de 1985 escrita po
Intérpretes: Mel Gibson, Danny Huston, Ray Winstone, Caterina Scorsone, Frank Grillo.

Lo mejor:  

-Los secundarios Danny Huston y Ray Winstone, sabedores mejor que Gibson del tipo de película en que se hallan.

-Las breves explosiones de violencia.

Lo peor:

-O Mel Gibson no se merecía esta película como regreso, o no ha comprendido en que se estaba metiendo.

Puntuación:

4

Para acérrimos defensores de un Mel Gibson desentrenado y con el piloto automático.



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