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Rumores y mentiras

1850, 1980, 2010

Un artículo de Diego Salgado || 03 / 11 / 2010
Rumores y mentiras
Etiquetas: Rumores y mentiras / Comedia /

En principio, es cuando menos atrevido que el guión de "Rumores y Mentiras" se remita moralmente a la novela de Nathaniel Hawthorne "La letra escarlata".

Rumores y mentiras no es la primera película de y para adolescentes norteamericanos que se inspira más o menos veladamente y con efectividad en una obra maestra de la literatura. También lo han hecho en los últimos años Fuera de onda, dirigida en 1995 por Amy Heckerling a partir de la novela de Jane Austen Emma; Diez cosas que odio de ti, versión muy libre de la obra de William Shakespeare La fierecilla domada que realizó en 1999 Gil Junger; o Laberinto Envenenado, drama de Tim Blake Nelson que bebía en 2001 de otro Shakespeare, Otelo.

Esta recurrencia demuestra cuán acertada es una de las definiciones de los clásicos dada por Italo Calvino: "Clásico es aquel libro que se esconde en los pliegues de la memoria, mimetizándose con el inconsciente colectivo o individual de cualquier época".

Tampoco es Rumores y mentiras la primera muestra de su género que se remite argumentalmente a décadas pasadas, con el objetivo de que quien la disfrute establezca una comparativa de usos y costumbres entre los jóvenes de ayer y de hoy; como atestiguan, por poner sólo tres ejemplos, American Graffiti (1973), Desmadre a la americana (1978) y Regreso al futuro (1985).

La película que nos ocupa, escrita en apenas una semana por el guionista debutante Bert V. Royal y puesta en escena por un director asimismo casi novel, Will Gluck, participa de las dos tendencias descritas, lo que da idea de la inteligencia y la ambición de sus planteamientos, siempre de agradecer. Otra cosa es que los frutos del esfuerzo estén a la altura en todo momento.

Por una parte, es cuando menos atrevido que Royal haya escogido como referente moral de su guión —centrado en cierta alumna de un instituto que sólo consigue hacerse popular entre sus pares haciendo correr el bulo de que ha perdido la virginidad, aunque las consecuencias vayan más lejos de lo que preveía— la novela La letra escarlata, escrita por Nathaniel Hawthorne en 1850.

Que un texto sobre el puritanismo y la intolerancia tan implacable como el de Hawthorne pueda reverberar con total pertinencia en la sociedad estadounidense de 2010, nos indica que las perturbadoras noticias llegadas a Europa sobre la enésima involución ideológica de aquel país —ejemplificada por ese Tea Party con el que comulga la patética Esperanza Aguirre— no exageran un ápice.

Por otro lado, no deja de ser interesante la idea de enfrentar las constantes del cine teen actual con las perfiladas hace treinta años por el recientemente fallecido John Hughes. Nuestra protagonista, Olive (radiante Emma Stone), una chica descreída, autoconsciente y referencial al modo de Juno MacGuff y Scott Pilgrim, desearía que en un presente tan prosaico como el nuestro pudiese funcionar el romanticismo y el candor —¡y dale con la nostalgia de los ochenta!— que destilaban títulos como Dieciséis velas (1984), El club de los cinco (1985), La chica de rosa (1986) y Todo en un día (1986). Y el propio desarrollo de sus peripecias, como sucedía en Adaptation (Spike Jonze, 2002), será el encargado de decirle que sí, a través de un juego narrativo de espejos muy sugerente.

Si el lector ha llegado hasta aquí, puede que se esté preguntando por qué a Rumores y mentiras sólo le hemos endosado un 6 como calificación, brindando tantos aspectos de interés al público. Se debe a que una cosa son las intenciones, y otra que su aplicación a un relato redunde en su fluidez y armonía. Y lo cierto es que a la película de Gluck y Royal le faltan ambas cosas, resultando una ficción llena de altibajos y digresiones de la que el espectador termina desentendiéndose. A esto contribuye también su adscripción férrea a un género que sin duda enriquece, pero que no sabe trascender.

Por último, bajo el ingenio y el buen rollo de que hace gala durante todo su metraje (y que, por ejemplo en el retrato de los padres de Olive, llega a estomagar), Rumores y mentiras deja la impresión final de ser una cinta premeditadamente ambigua y hasta pusilánime, puede que por no alienarse a ningún target en taquilla. Problema, fruto de estar encuadrada en determinado sistema de producción, con el que, para qué negarlo, también tuvieron que lidiar en mayores o menores grados Jane Austen, William Shakespeare y John Hughes.

FICHA TÉCNICA DE RUMORES Y MENTIRAS

Título original: Easy A

Fecha de estreno: 29-10-2010

Web oficial: sonypicturesreleasing.es/estreno |

Año: 2010 Duración: 100 min

Director: Will Gluck.

Guión: Bert V. Royal.
Intérpretes: Emma Stone, Penn Badgley, Amanda Bynes, Thomas Haden Church, Patricia Clarkson, Cam Gigandet, Stanley Tucci, Lisa Kudrow, Malcolm McDowell.

Lo mejor:  

-Emma Stone.

-Las intenciones del guión.

Lo peor:

-Lo disperso e indeterminado de la historia.

-Ciertos secundarios que dan vida, encantados de haberse conocido, a personajes asimismo complacientes: Patricia Clarkson, Thomas Haden Church, Stanley Tucci.

Puntuación:

6

Para adeptos (con ciertas inquietudes) a la comedia juvenil norteamericana.



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