Fandigital y Comicdigital emplean cookies para determinadas funcionalidades. Si continúa navegando asume la aceptación de las mismas.
Motivos para ser un Goonie - Víctima del celuloide - blogs de cine
Buscar en
Estás en CINE >> BLOGS >>

Motivos para ser un Goonie

Un artículo de Víctima 2046 || 19 / 5 / 2011
goonies

Es una de nuestras letanías, y con todo resulta inevitable volver a ella: cuánto daño han hecho los excesos de la mercadotecnia. Sonará frívolo en relación al cine, más tal y como están las cosas ahí afuera por excesos cometidos en cosas esenciales como la vivienda, la electricidad, la gasolina o incluso los alimentos… pero esto va de cine, y quienes apreciamos la vocación y la impronta que ésta deja en una obra no podemos más que añorar los tiempos en que su espíritu era mucho más evidente, admirar los pocos casos en que todavía sabe abrirse camino entre balances laberínticos trazados por productores obsesivos.

¿Y todo esto a dónde va? Pues a Los Goonies, una de las películas que más fascinación han creado a una generación, uno de los símbolos de una época que con una variedad menor que la actual y unas formas de explotación todavía limitadas (aquello iba cogiendo carrerilla) tiene a varios muy asentados (y muy recordados en los últimos tiempos: El Coche Fantástico, El Equipo A, Los Cazafantasmas, Los Gremlins...).

Pero Los Goonies es especial. Y lo dice alguien que hasta hace poco la tenía en la lista de mitos caídos por el paso del tiempo, una de esas películas que en un nuevo visionado más de veinte años después, chirriaba. La cosa es que recientemente, en un arrebato de nostalgia, un acto de fe hizo que quien escribe estas líneas la viera en versión original. Y la cosa cambiaba.

goonies



Así, de mito a decepción, vista como debe Los Goonies pasa a ser una obra artesanal especial como pocas. Una película en que late en todo momento la pasión, en que cada fotograma parece rodado por niños en una tarde de sábado, guiados por las mismas emociones que reflejan los inmortalizados en pantalla. Richard Donner, Spielberg y Colombus se confabularon para una cinta que más allá de los ingeniosos cruces de tramas en los primeros planos, es muy limitada en técnica de dirección: muchas escenas son forzadas, muchas meras idas y venidas sin orden ni concierto de niños y grotescos villanos que parecen moverse en escena sin tener claro el siguiente paso, evidenciando una cierta improvisación. Y quizá ahí reside parte de su encanto, quizá es lo que contribuye a hacer a sus personajes más humanos o a darle ese sabor genuino.

Influye que esa emoción de honestidad no se encontraba en su momento cuestionada por la avalancha de superproducciones, por el más difícil todavía, in crescendo en años venideros. También la ingenuidad de no saber cómo el Corey de esta cinta (Bocazas) acabaría ahogándose en su éxito, tratándose de recuperar de las drogas en una misión de la que el otro Corey no saldría. Como consuelo Sean mantuvo con el tiempo algo de su esencia ejerciendo de hobbit en El Señor de Los Anillos, y como simbolismo la última vez que vimos a Josh Brolin hacía de despiadado pez gordo en la secuela de Wall Street concebida por Oliver Stone para ilustrarnos del Apocalipsis especulativo que nos condena (algo casi tan simbólico como que en la trama de Los Goonies la vida que estos conocían se estuviera desmoronando amenazada por el acoso inmobiliario).

goonies



Con perspectiva, es fácil adorar a Los Goonies, difícil comprender qué pueden sentir quienes se acerquen a ella por primera vez. Pero sin duda estamos ante uno de esos casos en que, por mucho que algunos lo deseen desde la más irracional nostalgia (y otros desde su más implacable voracidad especulativa) nunca debería haber una segunda parte. A su manera ya sabemos todo lo que hay que saber de Los Goonies. Como que las historias no siempre acaban bien. Pero contemplar la escena en que Mikey Walsh, auténtico instigador de la aventura narrada, hace cambiar de opinión a sus compañeros que desean abandonar la travesía al principio de camino recordándoles que esa puede ser la última vez que estén juntos, que la próxima vez que hagan cualquiera de las cosas cotidianas de su día a día podría fácilmente tener lugar lejos de los amigos a quienes consideran una familia, es probablemente la mayor forma de engrandecer la nostalgia y de conectar con la audiencia de forma intemporal: suena tanto a premonición de la madurez que nos esperaba, como a refugio para quienes una vez estuvimos libres de escepticismo. Una de esas pocas escenas en definitiva por las que uno podría creer para siempre en el cine de aventuras.



Víctima del celuloide

El rincón en que el crítico torturado explica por qué el cine puede ser algo muy grande unas pocas veces, y algo muy, muy miserable muchas otras.

Actualización: Este blog se actualiza los jueves.

Blog administrado por Víctima 2046 - José M. Robado - Enrique Alpañes

Buscar GOONIES en

Buscar GOONIES en NEWS









© Revista Fandigital.es 2000-2015
Revista iPad / | Contactar