Este Fear no evil es el décimo álbum de Doro Pesch desde que en 1989 comenzó su carrera en solitario. Aquel año abandonaba la banda con la que alcanzó el estrellato, Warlock, y con la que se convirtió en la voz femenina más popular del heavy metal más clásico. 20 años después de dejar esa formación, la cantante nos presenta un disco que sigue fielmente las doctrinas de su estilo de toda la vida.
El cd se abre con un pegadizo “The night of the warlock”. Se trata de un tema de ritmo muy marcado, con unos coros extremadamente pegadizos y un estribillo que, repetición tras repetición, se acaba quedando entre ceja y ceja. Este es un formato que encontramos en numerosos cortes. De hecho, los momentos más brillantes del disco responden a este molde, como la épica “I lay my head upon my sword” o “Celebrate”. Pero esta receta no asegura siempre resultados exitoso, y también nos deja ejemplos mediocres como el soso “Running from the devil”.
Y es que Fear no evil presenta algún que otro bache que hace que nuestro recorrido no sea del todo placentero. Por ejemplo, no se entiende muy bien qué pinta una composición como “Caught in the battle”. Se trata de un tema confuso, donde melodía y ritmo parecen totalmente descoordinados. Es difícil saber si Doro ha intentado crear una canción “dura” o “contundente”, pero el resultado se atraganta. Otro bache llega con “It kills me”, un medio tiempo insulso y gris que nos invita a pasar cuanto antes a la siguiente canción. Allí nos espera “Long lost for love”, que remonta ligeramente el vuelo con un tempo más animado. Como curiosidad, su estrofa recuerda en algunos momentos al “My heart will go on” de Celine Dion (sí, la de Titanic)
De las 11 canciones que incluye el disco, cuatro corresponden a baladas o medios tiempos, una cantidad que puede saturar al oyente. De ellos, aparte del ya mencionado y prescindible “It kills me”, “Herzblut” tampoco salva los muebles. Es la enésima power ballad que insiste en los mismos esquemas repetidos mil y una vez, y que sólo se salva por el carisma de la señorita Pesch. Mucho mejor resulta “Walking with the angels”, donde aparece la voz Tarja Turunen, la conocida ex cantante de Nightwish. La colaboración de estas dos divas del metal arroja una canción melancólica pero poderosa a la vez. No pasará a los anales de la música, pero resulta agradable.
El último medio tiempo, “25 years”, se encarga de cerrar este disco. En él, Doro rinde homenaje a los fans que le han durante toda su carrera musical -que, efectivamente, dura ya 25 añitos-. Salvando las distancias, recuerda a la emblemática “Für Immer”. Quizá porque la propia Pesch se encarga de recitar esas mismas palabras en el texto de esta canción. Un cierre ciertamente emotivo para un disco que dejará más que satisfechos a los incondicionales de esta leyenda viva del heavy metal. El resto del público encontrará en “Fear no evil” un aceptable, aunque desigual, disco de heavy rock a la antigua usanza.