84

Contadnos un poco de la historia del grupo. ¿Cuándo se forma 84, y qué pasos habéis seguido hasta ahora?
Nos conocimos en el mismo ambiente, en Madrid, por una chica que andaba por ahí y que en su día compartieron Jaime y Mon. Luego por amistades comunes ellos dos conocieron a Beris. Sabían que él tocaba, se reunieron los tres... todo fue muy deprisa. De pronto nos vimos metidos en dos bolos en directo, todo en plan muy amateur, como un hobby. Tuvimos la tremenda suerte de que había un tipo de una compañía discográfica en aquel local, y rápidamente nos llevó al día siguiente con el mismísimo Alejo Stivel. Grabamos una maqueta y estábamos flipando, porque era la primera vez que entrábamos en un estudio de grabación. A partir de ahí todo fue muy rápido, hasta que la cosa se paró de repente. Tuvimos un lío con aquella compañía y las canciones que habíamos grabado no fueron publicadas, pese a que la gente de la discográfica no paraba de decirnos que el disco ya estaba a punto de salir; siempre nos decían que salía “El mes que viene”. Fueron tres años y medio, casi cuatro, de estar negociando contratos, de tener un contrato en la mano y no llegar a firmarlo porque de pronto la compañía cambia de presidente. Por fin apareció el Sello Movistar, y desde entonces estamos encantados de la vida. Podría parecer que nos quejamos del tiempo que hemos tenido que esperar, cuando la verdad es que hay grupos que llevan muchos más años currando y esperando su momento. Pero nuestro principal problema fue ese, que sin comerlo ni beberlo, casi sin tocar bien, en aquello compañía no paraban de decirnos que al mes siguiente teníamos nuestro disco en la calle. Fueron tres años difíciles, con muchas expectativas en el aire.

¿De dónde viene el nombre? ¿Se refiere a vuestra “quinta”?
Exacto. Los tres nacimos en 1984, así que nos pareció lógico tomarlo como algo representativo de nuestra formación.

Imagino que un nombre tan corto y genérico os habrá dado problemas a la hora de que se os localice en Internet.
Pues sí, al principio era complicado hacer que nuestro nombre apareciera en Google, pero por fin hemos logrado estar arriba del todo en las búsquedas.

¿Cómo funcionáis a la hora de componer?
Cada uno llega a los ensayos con sus propias canciones, aunque también hay otras veces que nos ponemos a componer los tres juntos, como es el caso de nuestro single El burdel de las sirenas. A veces estamos todos de acuerdo con algunos trozos de la canción, otras sin embargo proponemos cambios para mejorarlos. Podemos trabajar con un alto grado de compenetración, pero también se da el hecho de estar cada uno en su casa una noche y sacar una canción por su cuenta, que luego se lleva al local. Luego los otros miembros igual le añaden el estribillo, un arreglo... Trabajamos todos en equipo.

¿Cantáis la parte que habéis compuesto en cada canción, o es rizar demasiado el rizo?
No necesariamente, pero sí que pasa. En el fondo a nosotros nos da igual quién canta una canción. Además, hay canciones que admiten mejor una división en el reparto de las voces. Creemos que sale natural; sabemos cuándo tenemos que cantar los tres, y cuándo no. Nuestra intención también nos lleva en esa dirección, a que aparezcamos los tres el máximo posible. Hemos notado que es algo que funciona mejor. Cuando tocas en directo hay uno cantando, y de pronto el público tiene que desviar la mirada porque empieza a cantar otro... Le da un poco más de vidilla, y diversifica la oferta. Habrá espectadores que prefieran al guitarrista, otros preferirán al del medio...

Sois conscientes de que es un formato bastante poco visto en el mundo del pop.
Bueno, no somos un grupo típico donde hay un único cantante. Después de los conciertos tenemos fans que vienen a felicitarnos a los tres por separado, y que nos dicen que les gustan mucho nuestras canciones. Así abarcamos a más público. Es algo que hemos mantenido desde el principio, pero nos hemos hecho fuertes en esa postura, aunque había gente que opinaba que era mejor estandarizar la cosa, que esto era muy raro. Pero nos gusta distinguirnos en ese sentido, y además es la música que hemos mamado y que nos gusta, y creemos que funciona mejor. Esa fórmula no la hemos inventado nosotros, pero resulta más llamativa. A le gente le resulta chocante que canten tres tíos en un videoclip y que no sean Il Divo (risas). Somos Backstreet Boys en castellano, pero con guitarras acústicas (risas).

¿Qué habéis querido contar con vuestro single El burdel de las sirenas, donde homenajeáis al malogrado Enrique Urquijo (nombrando a su grupo Los Problemas)?
Cuando nos pusimos a hacer la canción lo único que teníamos claro era el título, y el fragmento donde esa frase aparece. A partir de ahí fue saliendo todo, y acabamos hablando de un lugar... No tiene nada que ver con un burdel, es más bien un lugar donde situar la historia, una imagen, pero luego la canción habla de cosas totalmente distintas. Se trata de un refugio, de un lugar donde te evades, y allí están Enrique Urquijo, Johnny Cash, Groucho Marx, Marilyn Monroe... gente que nos gusta. Así le dábamos un aire cinematográfico.