Dos o tres años atrás, la banda argentina Bersuit Vergarabat iba a hacer su presentación en la ciudad de Valencia en la, ahora desaparecida, sala Roxy. La actuación se suspendió. Una pena, porque en aquel tiempo esta formación pasaba por uno de sus mejores momentos. La banda trataba de ampliar su audiencia presentándose en los escenarios españoles. Para ello contaban con un buen argumento: su cuarto disco, “Libertinaje”, un gran trabajo que incluía, entre otros grandes temas, la canción “Sr. Cobranza”, censurada en su país de origen por su letra (un relato de los políticos “chorros” argentinos).
En el año 2004, Bersuit publica sus discos simultáneamente en Argentina y en España. Así ha sucedido con su último trabajo, “La argentinidad al palo”, editado hace pocas semanas y que ha propiciado un tour del multitudinario grupo, ocho integrantes, por más de 15 ciudades de nuestro país.
La actuación en Valencia se desarrolló en la sala Republicca. Los aledaños del recinto anunciaban qué pasaría dentro, con una mayoritaria presencia de hinchas argentinos, pertrechados con las “remeras” de su selección nacional o de los equipos de la liga de aquel país.
Bersuit salió al escenario 15 minutos antes de la hora marcada en la entrada, un hecho motivado por el aprovechamiento posterior del espacio como discoteca. Esto también provocó que el concierto acabara una hora y media después, cuando los directos de la banda se alargan hasta los 120 minutos. Quizás alguien quiera pedir explicaciones después de pagar 20 euros por la entrada, anticipada.
El público estaba predispuesto ya antes de entrar al local, pero los fusión latina, brasileña y jamaicana de los gallegos LaMatumba acabó de desentumecer los huesos de los asistentes, aunque también ayudó el café licor que ofrecieron al personal.
Bersuit salió al escenario con el pie en el freno, quizás pensando en un mes de abril repleto de conciertos. La primera parte sólo se animó con “A los tambores”, aunque la colonia argentina saltaba hasta en las pausas. El ritmo cayó definitivamente con la interpretación de temas en clave “acústica”. Cuando el grupo se quiso recuperar, el tiempo y la organización se echaron encima. El frenesí de “El gordo motoneta”, “La petisa culona”, “Yo tomo” y “Sr. Cobranza” sólo confirmó que aquella podría haber sido una gran noche.