"Tócala de nuevo, y te parto el cuello", afirmó amenazante Axl a un paparazzi, que había rozado a una de las chicas del séquito Guns and Roses en el aeropuerto de LA. Preparados para desplazarse a iniciar su gira asiática, el remolino de fotógrafos que por algún derecho mal entendido acosan a toda figura pública impunemente (al menos hata que Axl se cruza) estaba siendo una molestia donde destacaba uno de ellos. Uno de ellos que volvió a rozar a la susodicha. Y Axl puede ser muchas cosas, pero no es un tipo que se arrugue ante la posibilidad de resolver un asunto a golpes, más cuando lo ha anunciado previamente.
Mientras gente de su entorno trataba de separarlos, el líder y único miembro superviviente de Guns, daba todo lo que tenía para recordar quién es él y quién ha sido. Como representante de un grupo acostumbrado a protagonizar polémicas allá donde iba y a encadenar arrestos sin descansos, cumplió con su naturaleza. Pero él "salió ileso del acoso de unos indisciplinados paparazzi", como posteriormente informó desde su página en MySpace.
Por el momento, ni la policía aeroporturia actuó ni se conoce demanda alguna por parte del agredido. Ahora las polémicas han de trasladarse a su fase natural, la de los conciertos con retrasos, incumplimientos y nuevos actos de una rebeldía inasequible a la madurez, marca de la casa.
El grupo, estará en Asia para un par de actuaciones antes de trasladarse a Canadá para actuar en 13 ocasiones.