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Muse: Controlando al gigante - conciertos de musica
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Muse: Controlando al gigante

Muse: Controlando al gigante

Un artículo de Miguel Ruiz || 24 / 10 / 2012

Los chicos de Muse han roto todas las quinielas en su contra este fin de semana. Para empezar, arrancaron con la la espectacular 'The 2nd Law: Unsustainable' amedrentando al público con percusión y fogonazos rojos como si de un ataque alienígena se tratase.  A este paso encontrarán un nuevo planeta en una galaxia lejana y le pondrán Muse de nombre.

Siguieron con 'Supremacy', que les dio otra victoria y enganchó a primeras al público nuevo y al antiguo. Mientras daban varias vueltas por sus clásicos de ayer y hoy, su nueva genialidad escénica cobraba mayor vida cuando una pirámide invertida (bautizada 'pirámide tornado') se posaba sobre las cabezas del trío británico para acompañar con imágenes la pirotecnia de sus mejores temas.

'The Resistance' volvía a emocionar en una noche en la que la voz de Mathew Bellamy se ganó otra medalla de oro. Papá Bellamy conectó con el público como nunca gracias a las pasarelas situadas en el frontal, laterales y parte trasera de un escenario que por su estructura recordaba a la gira 360 de U2. Incluso llegó a saltar al foso para dar la mano al público de la primera fila.

El líder de esta revolución no paró ni tropezándose: cuando en 'Panic Station' fue de cabeza hacia unas escaleras frenando con las rodillas, no paró de tocar la guitarra con una sonrisa de 'pa' habernos matao'. Con 'Animals' se pusieron más serios para vapulear la tiranía de los banqueros que generaron la crisis económica mundial.

Muse ya estaba demostrando que seguían siendo los mismos, pero el hecho de que eligieran colocar 'Falling Down' en el setlist, un tema que Bellamy escribió con 19 años para el primer LP de la banda y que no tocaban desde hace una década, dice mucho de la autenticidad del grupo. Y si a esto le sumas añadir 'Host', una bellísima rareza del Muse más joven, para introducir 'Time Is Running Out', hay que quitarse el sombrero. 

Lástima que llegase el parón más popero y pasivo del concierto, capitaneado por temas como 'Madness', 'Follow Me', 'Undisclosed Desires' y, se veía venir, el cameo del bajista con la canción 'Liquid State'. Por primera vez se podía ver a Bellamy andando por el escenario con la única compañía que el micro durante dos canciones seguidas como si de una gala OT o de un concierto de U2 se tratase. 

Las indiscutibles 'Plug in Baby' y 'New Born' devolvieron la ilusión a la pista y gradas. La segunda la eligieron con una ruleta de casino, literalmente. En las pantallas circulares aparecía una bola blanca botando en una ruleta con los colores negro y rojo en la que se rifaban las canciones Stockholm Syndrome y New Born hasta que finalmente la esfera se detuvo en el clásico del Origin of Symmetry.

La pirámide que colgaba invertida sobre el escenario acabó tragándose a los miembros de la banda, que aprovecharon para salir del escenario y dejar al público con la emisión del videoclip de 'The 2nd Law: Isolated System', un bonito recurso si estuviéramos en un museo de arte contemporáneo, pero un abuso de música pregrabada si estamos en un concierto.

A pesar de ello, otro de los grandes trofeos que se llevó Muse la noche del sábado fue la de no abusar de música pregrabada. Solamente este enlace a los bises, el arranque del concierto y los coros de la importante 'Survival' fueron sus únicos pecados. Lo demás lo resolvieron con su creatividad instrumental y por supuesto con un cuarto músico en el escenario al poder del distetizador.

'Uprising' sonó con la solidez que tiene el anterior disco de Muse, The Resistance, y 'Knights Of Cydonia' fue una muestra del heroísmo de una banda que no baja los brazos ni en la fase final. Para rematar el show optaron por la balada épica por excelencia, 'Starlight' y el obligadísimo himno de los Juegos Olímpicos de Londres, 'Survival'.

Los chicos de Devon han vuelto a subir de nivel. El sonido fue salvaje, la puesta en escena vuelve a rizar el rizo, la tesitura de la voz de Bellamy rellenó cada hueco del palacio, el setlist fue variado y equilibrado, exprimieron el mejor zumo de su último trabajo, la energía entre público y banda fue eléctrica y la despedida fue prometedora.

Dicen de volver en verano por nuestro país. Al BBK Live le sigue faltando el cromo de Muse, ¿será el 2013 el año para conseguirlo?

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