Kamelot llevan algún tiempo tratando de alcanzar la primera división del heavy metal. Para ello, cuentan con una amplia discografía que les ha permitido adquirir la suficiente experiencia como afrontar el futuro con optimismo.

The Black Halo es un nuevo intento para tratar de conseguir su objetivo. Sin duda, este nuevo álbum tiene los suficientes ingredientes como para despertar sentimientos positivos. Cuenta con un vocalista tan carismático como Roy Khan’s, capaz de alcanzar amplios registros; un guitarrista versátil como Thomas Youngblood, que demuestra su habilidad componiendo riffS y solos de lo más atractivos y, además, una sección rítmica, formada por Glenn Barry (bajo) y Casey Grillo (batería), consistente y con infinidad de recursos. Con estos elementos en plena forma, han compuesto un álbum variado, repleto de matices que van desde lo más delicado a lo más sorpresivo, sin olvidar cierta dosis de agresividad.

Mantienen su posición dentro del metal melódico pero evolucionando en cada álbum, redefiniendo conceptos para no sonar repetitivos.

Al igual que en Epica, su anterior trabajo, continúan adaptando pasajes de la obra del escritor alemán Wolfgang von Goethe con sus experiencias personales.

La apertura, con March Of Mephisto, es una muestra de su comprometido concepto y cuentan con las colaboraciones de Shagrath, vocalista de Dimmu Borgir y Jens Johansson, teclista de Stratovarius. El resultado es un tema atmosférico, envuelto en un entorno épico de intrincadas estructuras donde resaltan las guitarras afiladas y la potente batería, con un excelente apoyo de teclados y secuenciadores.

Un atractivo inicio que tiene continuidad en When The Lights Are Down, con irrupción acelerada de la batería y un riff consistente que también entra en una dinámica veloz. Se completa con el apoyo del bajo, un ritmo cambiante y diversos matices instrumentales.

La voz de Roy es protagonista en The Haunting (Somewhere In Time), un corte con toque comercial con importante presencia de teclados.

El álbum está dotado de tres interludios que dosifican la avalancha de sonidos que genera el resto de composiciones: Dei Gratia, Un Assassinio Molto Silenzioso (cantado en italiano por Cinzia Rizzo) y Midnight – Tewlve Tolls For A New Day.

Pero la verdadera consistencia de Kamelot radica en la abundancia de temas complejos e intrincados. En ese aspecto hay verdaderas joyas como Soul Society, con un Cassey Grillo portentoso en los golpes de batería, un ritmo contagioso de guitarra y una voz con tono comercial; Moonlight, con un riff de sonido muy tecnificado y potente, apoyado por un aluvión instrumental y una melodiosa voz y The Black Halo, con las guitarras acaparando todo el protagonismo.

Es un álbum de heavy preciosista, dirigido a mentes sensibles que sepan asimilar la parte más delicada del metal melódico. Y lo interesante es que, dentro de la delicadeza, surgen guitarras de carácter corajudo. Total, un contraste a todas luces atrayente.