Entre los días 18 y 30 de noviembre se celebró la segunda edición del festival itinerante Wintercase, que presentó tres grupos (uno de ellos español) por día, en cuatro ciudades diferentes – Madrid, Barcelona, Vitoria y Valencia -. En esta última ciudad las actuaciones se dieron en la sala Repvblicca, y allí estuvimos los tres primeros días del festival para empaparnos en su esencia.
Viernes 21
El futuro, el pasado… y Astrud
Primera jornada del festival en Valencia: sala
Repvblicca I. Empezaron Astrud, el representante español del día. Genis con zapatos de tacón y falda corta (¿o era pantalón?) dejando desnudas sus flacas y huesudas piernas; Manolo a la guitarra acústica, cantando esas canciones pop alegres que tan bien definen su trayectoria y destilando sentido del humor con comentarios jocosos entre canción y canción.
El próximo grupo en comparecer ante el público fue The Veils, tiernos veinteañeros cuya calidad nos asegura que el futuro les va abrir muchas puertas. Finn Andrews, cantante, guitarrista y líder de la banda, además de tener una voz impresionante hace buenas canciones y las ejecuta mejor en directo, entregándose al cien por cien en sus actuaciones y viviéndolas como nadie. Quizá sean el relevo de Suede en el pop-rock británico. Por ahora se puede disfrutar su disco debut The Runnaway Found(además del single Guiding Light, con producción del ex Suede Bernard Buttler).
Y para cerrar la noche, curiosamente, los mismos Suede, que habían anunciado su separación (al menos de manera temporal). Parece ser que han decidido mantener aparcado el trabajo en el grupo para centrarse en sus proyectos individuales. Así que mucha gente estaba allí para despedir a este enorme grupo que nos ha acompañado a lo largo de una década con canciones memorables. No defraudaron, con una actuación vibrante que encadenó sus grandes temas uno detrás de otro, superando sus anteriores espectáculos ofrecidos en Benicàssim. La inminencia de su separación y el excelente sonido que consiguieron nos hicieron apreciar más que nunca la grandeza de este grupo que consiguió que nos pusiéramos nostálgicos en más de una ocasión.
Sábado 22
Danger, high Voltage
El día de hoy era claramente de Electric Six. Las pantallas de la sala nos martilleaban continuamente con el videoclip de la canción de moda, Danger, high voltage. Y es que desde que esta canción llegó a principios de año al número uno de las listas británicas no ha parado de sonar.
La jornada la abrieron los Hoggboy, cachondos donde los haya. El cantante engulló un pack entero de cervezas sobre el escenario, repartiendo otro tanto entre el público asistente que pedía ávidamente compartir la borrachera con el grupo. Cerveza, cuero, botas, humo y rock del bueno, potente y enérgico. Ideales para una buena fiesta. ¿Qué son simplemente un grupo que aprovecha el camino abierto por los Strokes? El rock existe desde hace mucho tiempo, y Hoggboy son ahora mismo uno de sus mejores representantes.
Después de este desenfreno llegaron Deluxe, el turno español. Destaparon su pop electrónico de una manera correcta, y aguantaron estar situados entre dos actuaciones de marcada diferencia, con la ayuda de la enorme cantidad de seguidores entre el público. Y es que a continuación venían Electric Six, y la gente estaba ansiosa. Su frontman –o casi mejor showman- no paró encima del escenario, gesticulando al son de las letras de las canciones, haciendo flexiones, abdominales y demás demostraciones de derroche físico. Los guitarristas por su parte, incasables, no pararon de moverse de una parte a otra del escenario. En definitiva, una puesta en escena espectacular. Y aunque no sean grupo de una sola canción, cuando a mitad de su show cayó Danger, high voltage la sala casi se vino abajo.
Viernes 28
Sorpresa, sorpresa
En teoría hoy era el día menos atractivo: los grupos no eran tan conocidos y se celebraba en Repvblicca II, sala de menor aforo –obviamente la entrada resultaba más económica-. Pero oh, sorpresa. Los que asistimos ese día allí disfrutamos de lo lindo. Primero con Maga, grupo español que está adquiriendo peso a medida que avanzan a la carrera de una manera imparable. De hecho, para muchos éste era el principal atractivo de la jornada, porque Midlake y Pleasure no eran unos grupos demasiado conocidos. Los primeros, quinteto de Texas, se encontraron apretados en el minúsculo escenario. Descargaron amplias dosis de humildad –qué difícil resulta encontrarla en un escenario- y se mostraron agradables con el público. Y como nada en su repertorio era conocido -únicamente tienen en el mercado un Ep con siete temas: Milkmaid Grand Army-, sólo cabía esperar la sorpresa. Y no defraudaron. Sonaron hipnóticos, creando pasajes y ambientes melancólicos en su mayor parte. Su música está basada en la voz y los teclados, pudiendo tomar como referencia a Doves o Radiohead para hacernos una idea.
Y tras el buen sabor de boca que nos dejó esta banda llegó Pleasure, la banda que nos remite casi exclusivamente a Fred Ball, su imagen de cara a los medios. Pero al escenario subió un grupo dispuesto a montar una gran fiesta. Música de baile negra, calentita y excitante. Fred Ball a los teclados y voces distorsionadas (dice que no sabe cantar, y la verdad es que tiene una voz un tanto extraña, muy gutural, que se dejó notar cuando se dirigió al público a través de micrófonos sin efectos). Cantante principal y guitarrista negros, con estética a lo Jimi Hendrix; y un bajo y batería enérgicos, que no pararon de bailar durante toda la actuación. Atraparon el frenesí de la gente desde el principio y fueron cálidamente aclamados. Tanto que cuando parecía que habían terminado y los técnicos estaban saliendo a recoger el escenario, tuvieron que presentarse de nuevo para realizar un bis.
En definitiva tres días de auténticas descargas de adrenalina sobre el escenario que nos dejaron con un muy buen sabor de boca y alguna que otra sorpresa inesperada.