Hace dos semanas explicábamos cómo Better Call Saul aspiraba a ser algo más que una precuela de Breaking Bad, y que de hecho en su planteamiento había una vuelta de tuerca a la fórmula habitual de las continuaciones para que sus hechos sucedieran antes, durante y después de aquella.
Ahora, gracias a una entrevista que Vince Gilligan como creador de la serie y Peter Gould como guionista han concedido a Entertainment Weekly, sabemos nuevos detalles argumentales y de casting.
De esta forma, se confirma el regreso de Jonathan Banks, en tanto Michael McKean se incorpora en la piel de Dr.Thurber, y ejerciendo de hermano de Saul. Viene de la mano de Rhea Seehorn, que será Kim, Patrick Fabian como Hamlin y Michael Mando como Nacho.
Si los nombres de estos personajes todavía dicen poco, resulta sorprendente que tampoco lo diga el de Jimmy McGill, que es ni más ni menos que el propio Saul Goodman al principio del show, descrito como “un pequeño abogado que se esfuerza por llegar a fin de mes trabajando con Mike”.
Prosiguiendo con las revelaciones, su primer arco argumental se inicia en 2002, esto es, seis años antes de lo acaecido en Breaking Bad. Y Gilligan se reafirma sobre los saltos temporales al explicar que “nos gustan las narraciones no lineales y saltar a través del tiempo; te señalaría en esa dirección, que todo lo que era posible en Breaking Bad es posible en Better Call Saul”.
Y de vuelta a la pregunta clásica, sobre si Bryan Cranston y Aaron Paul volverían, “si tiene sentido lo haremos, si no, no; me gustaría tenerlo como un director, personaje sabio, ¿quién sabe? quizá hay forma de hacerlo”. Solo que al recorrer personajes de Breaking Bad y llegar al de Giancarlo Esposito (Gus Fring), muestra las razones para no hacerlo: “estamos intentando hacer un show que se mantenga por sí mismo, con un valor como entretenimiento, que no sea solo ver una serie de viejos favoritos… aunque estoy de acuerdo que hay mucho que decir sobre Gus”.
De hecho, a la hora de diferenciarse los esfuerzos son tan importantes que afectarán incluso a la fotografía, para la que se busca una estética como la de “películas clásicas como The Conformist, hablamos mucho de Kubrick”, todo para “que no parezca una copia de carbón de Breaking Bad”.
A pesar de que el proyecto tiene ya muchas líneas definidas, su retraso a 2015 se ha producido porque Gilligan quiere aprovechar el tiempo que AMC le brinda, ya que “tenemos una forma de trabajar que es más lenta que la mayoría de los shows, queremos pensar todo mucho y creemos que eso da sus propios dividendos”.