El día en que en nuestro país la cadena Fox alcanza el ecuador de la quinta temporada de The Walking Dead, sabemos de unas declaraciones de Robert Kirkman en que el creador del cómic muestra su arrepentimiento sobre una decisión argumental adoptada en la primera.
Probablemente, si el lector tuviera que pronosticar alguna decisión a enmendar, apuntaría antes que a cualquier otra cosa a alguno de los personajes caídos y a los que quizá le quedaba todavía un mayor recorrido. Lejos de eso, la decisión que no gustó a Kirkman (y esto es solo un 'spoiler' para quien no haya visto la primera temporada o desconozca prácticamente todo de la serie) va por otro lado:
"Si tuviera que hacerlo de nuevo, no haría el episodio de la CDC", explica a propósito del momento en que el doctor Edwin Jenner (Noah Emmerich) explica a Rick que todos los supervivientes se encuentran ya infectados. Un arrepentimiento extraño, habida cuenta de que de alguna forma se trata de algo que fácilmente deberían haber deducido sus protagonistas a medida que se iban produciendo nuevas muertes, y que además aparece integrado cómodamente en la trama con posterioridad.
No obstante, para Kirkman eso suponía dar demasiadas pistas: "La revelación llegó en una fase temprana, que tenía que romper todavía para ser el monstruo de audiencias que ha llegado a ser en la quinta temporada". Esa ambición por arañar puestos, llevó a un enfoque que difiere algo del que ahora tiene por ideal y "posiblemente dio demasiada información y supuso un cambio demasiado pronto en la serie".