El corazón del juego lo forma el modo “Challenge” un desafío similar a una temporada de F1, donde cada carrera se desarrolla a lo largo de un fin de semana, con sus tandas de prueba y clasificación, un modo que se desarrolla por Europa y Norteamérica, con un total de 16 circuitos distintos, que logran recrear de forma bastante fiel a sus homónimos reales. Esta es la verdadera esencia del reto, trabajar los reglajes, aprender las zonas más difíciles, etcétera. Si el usuario acaba adaptándose y realizando todo el fin de semana sin las ayudas activadas obtendrá unas sensaciones que otros juegos más arcade no transmiten.
Si no nos apetece “enredarnos” con reglajes y queremos pasar directamente a la acción, carrera rápida o cronometrada nos permitirán competir de forma inmediata, mientras que en trofeos podremos utilizar los coches que vayamos adquiriendo durante la partida, hasta un total de 30 modelos de Ferrari. El multijugador se nos antoja algo escaso, teniendo en cuenta la variedad de modos y vehículos que ofrecen otros lanzamientos de conducción ya que solo permite carreras rápidas, pero al menos resulta fluido y sin aparentes problemas de lag, problemas que muchas veces dependen de configurar correctamente nuestro router abriendo los puertos correspondientes.
En su vuelta a los circuitos, System3 ha optado por ofrecernos un simulador duro y exigente, además de toda una delicia para los seguidores de Ferrari, quienes a buen seguro disfrutarán mucho más que aquellos que buscan simplemente un buen representante del género conducción. Esta dureza se muestra en cada carrera y en cada curva donde tendremos que frenar con precisión y controlar la velocidad para no salirnos, ya que cada excursión a la hierba nos valdrá una penalización que nuestros rivales aprovecharán para sobrepasarnos.
Sin las ayudas activadas, Ferrari Challenge puede resultar realmente difícil, no obstante activando algunas como la trazada correcta se hace más llevadero o al menos puede utilizarse para entrenar y conocer adecuadamente cada trazado. Un dato importante que también nos facilita la conducción es que los daños que suframos no afectarán a la conducción, con lo que perdemos gran parte del realismo que por otro lado se trata de ofrecer.
Su escasa experiencia en lo que a sistemas de nueva generación se refiere, quizá haya sido la causa de que gráficamente este bastante por detrás de verdaderos monstruos gráficos como Burnout Paradise, Gran Turismo Prólogue o Race Driver Grid, ya que exceptuando un buen nivel en lo que al modelado de vehículos se refiere, muestra un acabado algo básico en los circuitos, sobre todo en sus entornos. La iluminación aplicada tampoco consigue reforzar la sensación de realidad que se buscaba, ofreciendo un colorido demasiado “pastel”, alejado del máximo exponente en este campo que vuelve a ser una vez más la saga de Gran Turismo. El sonido esta vez sí, denota un trabajo excelente en algo tan importante como el rugir de los motores, más allá de una música pegadiza y movida que normalmente resulta recomendable desactivar durante la carrera.