Queda claro que Grimorie of the Rifts encierra, dentro de su aparente sencillez, un sinfín de posibilidades y variables que reportan cientos de horas de diversión a los estrategas y hacen que ningún combate sea igual a otro. También es normal que tanta opción abrume a los usuarios noveles, especialmente al principio. Square Enix, sin embargo, ha trabajado bastante para conseguir que la curva de aprendizaje esté absolutamente conseguida. Casi sin darse cuenta, cualquiera que tenga en sus manos Tactics Advance 2 se planta en seguida con unas cuantas misiones a sus espaldas y varias horas sin despegarse de la pantalla.
Una historia entretenida, aunque no llegue a impresionar, ayuda a enlazar un encargo con otro de manera fluida y coherente. De ahí que cada misión tenga su porqué y pocas se parezcan entre sí. Elegir una u otra en un momento dado puede variar el desenlace final del juego. Aquí el orden de los factores sí puede alterar el producto.
Una puesta en escena más que notable
Igualmente cuidados están en la obra de Square el aspecto jugable como el técnico.
El apartado gráfico, sin ser muy distinto al de su precursores, sí que se muestra mucho más colorido y, sobre todo, profundo. Las dos pantallas de la DS se complementan a la perfección, recreando en la de abajo toda la acción y mostrando en la de arriba todo tipo de información detallada sobre las batallas o los personajes, fundiéndose las dos en una sola en algunas escenas de vídeo.
La música, en la media de todos los Final Fantasy, presenta un nivel bastante alto, pero con menos variedad que en otras entregas de esta saga. Cada tema se adecúa perfectamente al momento en el que estamos, transmitiendo mayor tensión o relajación según la situación. Los efectos de sonido, en cambio, resultan demasiado molestos, especialmente en los menús, donde hay que meterse constantemente para cambiar diferentes atributos de los contendientes en la batalla.
Llegados a este punto, la sensación que queda es que este gran juego es mejorable, pero no está muy claro en qué. Quizá los mapeados podrían ser mas grandes y la historia más profunda, entre otras cosas. Pero no se le encuentran grandes fallos; lo que confirma que si lo que un jugador busca es rol estratégico del bueno, todo, o casi, lo va a encontrar en Grimorie of the Rifts.