Si todavía alguien tiene dudas sobre la idoneidad de hacerse con una NintendoDS, Fire Emblem es uno de esos juegos que puede servir para motivar a su adquisición con su oferta de desafíos, intensidad y muchas horas de juego y entretenimiento.
Impensable años atrás, desde la salida de NintendoDS estamos viviendo una excelente época de remakes y puestas al día de auténticos clásicos, con varios títulos de Final Fantasy, o Dragon Quest, y reviviendo géneros casi desaparecidos en otras consolas como los arcades de plataformas o grandes sagas como la de Castlevania, que vive una segunda juventud en la portátil de Nintendo.
Fire Emblem: Shadow Dragon es otro de esos remakes que todo usuario conocedor de la estrategia y la táctica en consola vendría esperando como agua de mayo. La primera edición del juego que nos ocupa tuvo lugar allá por 1990 para la mítica consola NES, comenzando a cimentar un éxito que durante muchos años solo pudieron disfrutar los usuarios japoneses. Creadores de grandes programas tácticos para consola como la saga de Advance Wars, Intelligent Systems nos ofrece un juego de rol y estrategia marca de la casa, desafiante, largo y con un buen argumento que nos acerca a los protagonistas.
Tras una época de relativa tranquilidad, un antiguo y derrotado villano conocido como Medeus vuelve a causar el caos en la tierra junto al poderoso dragón de las sombras, años después de que fuera derrotado por un grupo de heróicos caballeros. Marth, heredero de la familia real de Akaneia puede ser la última esperanza para devolver de nuevo a Medeus al abismo del que procede.
El combate y el conocimiento de las unidades de nuestro ejército es sin duda la parte más importante y característica de la saga. Cada tipo de soldado resulta más débil frente a otro, como las unidades aéreas frente a los arqueros, o las espadas frente a las lanzas. Por lo tanto y a tenor de la frecuencia con la que nos encontraremos en inferioridad numérica en los combates, una de las partes más desafiantes será el aprender a seleccionar las mejores unidades para la vanguardia de nuestro ataque, las ideales para proteger los flancos, sin olvidar las habilidades de los magos de ataque o los clérigos, con sus vitales hechizos de curación.
La diferenciación y especialización de cada tipo es muy evidente, variando la capacidad de desplazamiento, la fuerza o el tipo de armas que puede usar, armas que por cierto tienen una duración determinada tras la cual se romperán. Tras combatir y con la experiencia acumulada, nuestras unidades mejorarán sus estadísticas y subirán de nivel, aumentando todos sus atributos.
Con una profundidad que todos los usuarios de la saga conocen (han salido entregas para Gba, Gamecube e incluso Wii) llegado un punto en la subida de nivel de nuestros personajes podremos especializarlos en varios tipos de unidades pesadas (como caballeros o espadachines) convirtiéndose en las mejores tropas de nuestro ejército. Todo usuario de la saga sabe que tiene que cuidar de sus soldados, pues al contrario que en otros juegos la muerte de cualquiera de ellos en un mapa supone su eliminación definitiva y si se trata de uno de los protagonistas el reinicio forzoso de toda la misión, siendo algunas realmente largas y desafiantes.
No todo será combatir durante la partida, repartidos por el mapa encontraremos otros alicientes como casas, donde hablar con los aldeanos para conseguir algunos objetos, así como armerías o tiendas donde conseguir pociones y todo tipo de armamento, siendo bastante necesario ya que como hemos comentado estas se desgastan con el uso continuado. Técnicamente ningún Fire emblem ha pasado a la historia por sus gráficos, y este no va a ser una excepción. Sin embargo se han rediseñado todos sus escenarios y escenas intermedias, presentando un bonito y agradable aspecto, mejorando y ampliando el trabajo que ya hemos visto en sus dos ediciones para GameBoy Advance.