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GameBoy Advance SP - especial de videojuegos
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GameBoy Advance SP

Edición deluxe

Un artículo de MG || 01 / 4 / 2003

La enésima reforma bajo nombre Gameboy, la forma definitiva de mejorar a la Advance.

Finalmente Nintendo remata su jugada en los videojuegos portátiles -donde la falta de competencia real la convierte en líder indiscutible- con una versión mejorada que aun sin mayor potencia técnica, está repleta de incentivos.
Esto, a la vez que cumple con la periódica rentabilidad de un soporte que lleva muchos años hinchando su economía, unas veces de forma más justificada, otras menos. Y es que es tal la devoción de muchos usuarios por la portátil, que a lo largo de su trayectoria cada pequeño cambio -sea una nueva gama de colores, o una edición especial con algún motivo tan variado como los "pokemon"- ha ido contribuyendo a engrosar los niveles de ventas, alternándose con otros cambios de más importancia: cuando el tamaño la llevó a ser una verdadera máquina de bolsillo (GB Pocket), cuando la pantalla se salpicó de color (GB Color), o cuando por fin se dio un salto técnico en la figura de GBA, que nos permitía juegos por encima del nivel de la mítica SuperNES.

Con esta última máquina, las aspiraciones de jugar en cualquier parte a programas de mayor calidad -aprovechando la excusa para revendernos muchos títulos del pasado- se convertía en un arma de doble filo. El incremento de color propio de la mayor densidad gráfica, se hacía sin una fuente iluminación apropiada que obligaba a jugar en espacios muy limitados -adiós a su principal característica- o añadiéndole artificios con que alumbrar la pantalla -adiós a su bonito diseño-.

Pero hete aquí que una iniciativa más o menos excéntrica acabó por convertirse en una idea de gran desarrollo y difusión. Afterburner era el nombre del sistema que, habilidad de McGyver mediante, nos permitía añadir las piezas necesarias en el interior de la máquina para dar la tan pretendida luz.

Cierto es que el montaje no era del todo sencillo, y que sin los suficientes conocimientos de electrónica lo mejor era dejarlo en manos profesionales. También que el colorido de la pantalla palidecía ligeramente (aunque entre eso, y no ver nada, la elección era clara), o que tal y como había advertido Nintendo, el consumo de batería aumentaba... pero esto último no suponía un cambio que no compensase todo lo que aportaba, y así muchas consolas acabaron participando de este invento necesario.

¿Y no iba a hacer nada Nintendo al respecto? ¿comprar la idea? ¿hacerla suya? ¿una versión revisada?

La respuesta, en nuestras manos.

Edición perfeccionada



Habían puesto siempre mucho énfasis en la cuestión de la alimentación, y esa afirmación se había relativizado con sucesivos inventos. Pero realmente los estudios de Nintendo al respecto, su forma de entender la duración ideal de las baterías, obligaba a cambiar algunas cosas si le ponían la tan necesaria retroiluminación.

GameBoy Advance SP

Fue así como una de las decisiones más innovadoras y -ahora puede decirse- solventes, fue la de acudir a una batería que se cargase al modo tradicional de los teléfonos móviles. Con ello la principal traba quedaba resuelta, ya sólo faltaba ver el resultado. Y si sorprendente es el colorido que llega a sacar con este cambio, al añadirse una iluminación homogénea que no altera en ningún punto la fidelidad de la imagen, la forma que se ha escogido para hacerlo, aprovechando los cambios de configuración interna para acudir a una nueva y reducida carcasa emulando a las primerísimas hand-held de Donkey Kong, es la excusa definitiva para caer en la tentación y seguir desembolsando dinero en la pequeña.
Con una oferta inicial de 3 colores -plateado, negro y azul, aunque ineludiblemente otros llegarán-, la portátil ha prescindido del uso de auriculares tradicionales para reducir el espacio de su estructura.
Un botón en la parte superior de la cruceta, permitirá a su vez apagar voluntariamente la luz propia, con el fin de poder reducir el gasto de batería -que ronda las 18 horas sin necesidad de recarga- cuando la visibilidad sea buena. Además, si la disposición de los controles podría hacer pensar en una escasa ergonomía, la sensibilidad de cada uno de los botones hace que tanto los frontales como los gatillos (situados en el punto natural de agarre, tras la pantalla) sean perfectamente utilizables.

En esta ocasión, los cartuchos se introducirán por la parte inferior, manteniendo la compatibilidad de todos los juegos anteriores salvo muy contadas excepciones (verdaderamente pocas, y títulos no significativos).
Visto pues el rendimiento de la máquina, cuya batería se mantendrá intacta hasta las 500 primeras recargas (momento en que su capacidad puede bajar hasta el 70%, aunque siempre cabe acudir a un centro técnico y pagar por un recambio que ellos instalarán), y a la luz -nunca mejor dicho- de las ventas en Japón dónde la máquina lleva ya un tiempo alegrando a Nintendo, cabe pronosticar sin riesgo alguno, que hay Gameboy para mucho, mucho tiempo.
Esperemos eso sí, que esta máquina vea un nuevo juego de su entrañable Mario. Aunque seguro que antes tendremos que tragar con otro remake.



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