Pareja televisiva de los 70, busca su lugar tres décadas después. Pasará por la gran pantalla próximamente, pero antes ha encontrado el sitio en que hacernos participar de sus trepidantes persecuciones.
Y de su ambientación retro en un auténtico salto en el tiempo.
El trío de Ángeles de Charlie, no va a ser la única gloria de la parrilla televisiva setentera en alimentar temática cinéfila. En breve le tocará turno a la pareja de investigadores en eterna lucha contra el mal que también fue motivo de jolgorio en aquellos años de escasa variedad de programación. Por aquel entonces la figura del dueto carismático no andaba tan trillada, y así se convirtieron en un símbolo en la actividad policiaca que ahora va a rentabilizar los restos de su fama.
El desembarco multiplataforma -con versiones para Pc,Ps2, Xbox, Gamecube y la pequeña Advance- se anticipa a su salto al cine con un juego perfectamente definido que busca el filón del centro de atención de sus episodios. Por ello toca de nuevo recorrer una ciudad armado con excusas para el desorden, en una fórmula que recientemente obliga siempre a una comparación común: el juego de Rockstar como modelo de ciudad viva. Por concepto de juego, aquí no se busca la libertad, sino el cumplimiento de misiones. Ello sometiéndonos a una distribución de 18 episodios por cada una de las tres temporadas que deberemos superar. Pero lo que sí ofrece para dar el incentivo necesario con el que volver a cumplir con cada uno de nuestros trabajos, es el desmadre que debe acompañar a un verdadero seguimiento automovilístico. Y a base de saltos, roturas de cristales, alunizajes y otras peripecias poco deontológicas, el nivel de diversión crecerá entre el cruce de disparos. Todo para cazar al perseguido.
Como forma de dar personalidad, la recreación de la época plasmada en vehículos y banda sonora le dará el sabor propio que justifica el título. Será la manera de aderezar una cierta simplicidad que ayuda a enganchar en la primera partida, pero que progresivamente también descubrirá una cierta planicie de recurrencias y falta de cambios. A este respecto, un punto de apoyo para aportar alicientes es el del modo cooperativo. Como forma de extraer el espíritu de pareja de acción y llevarlo al videojuego, la opción de dos jugadores con uno al volante y otro gozando de la compatibilidad de la G-CON2... o incluso, en el remate del uso de periféricos, volante y pistola al tiempo, elevarán al máximo la combinación de funciones entre los dos jugadores.
Con un apartado técnico funcional, que no se exhibe particularmente en ningún frente pero tampoco peca de carencias, la originalidad de algunos aspectos concretos -incluyendo la introducción de la 'audiencia' como un item a tener en cuenta para que siga la fiesta- acaba por descubrir a un juego que da para buenas sesiones de diversión pese a que no pase a la antología del género de conducción. Para producto histórico ya estaba la serie, y al fin y al cabo esta es sólo una forma de alargar su nombre.