Keith Arem es un hombre tremendamente feliz estos días. Y no sólo porque bajo su dirección se ha orquestado el que con toda probabilidad se alce como juego de las navidades del 2009, cuyos registros de ventas en los primeros días han batido records históricos. Por si ese éxito no fuera suficiente, ahora se encuentra inmerso en un proyecto con el que demostrará todas las habilidades adquiridas para la industria del cine.
El salto que Arem va a dar, de director de un videojuego a director de un largometraje -concretamente un thriller bajo el nombre Frost Road- tiene mucho de lógico. El videojuego moderno y su sentido del espectáculo se ha ido aproximando mucho a una suerte de película interactiva en el que la narración tiene un papel determinante. Y siendo la narración la clave de toda obra, Arem, que parece haber dado buena cuenta de sus habilidades, prueba en el cine convencido de la utilidad de sus recursos, y por si fuera poco también lo hace en el cómic, pues se publicará una adaptación de la historia que él mismo está guionizando y que en las viñetas contará con la ayuda de Brandon Humphreys como co-creador y Christopher Shy como dibujante.
Su experiencia cinéfila, más allá del guión y dirección llega a otros terrenos, de hecho en Warfare 2 ya se encargó de los castings. La duda es si libre de obligaciones que impone el videojuego como prestar atención a la jugabilidad, dificultad, correcta interactividad (de las que parece querer zafarse para darlo todo por la historia) podrá adaptarse a las complicaciones del nuevo medio (como pueden ser las limitaciones de metraje y la estructura que este impone).