Sin tener la intención de desvelar partes importantes de la trama, baste mencionar que nos encontramos ante una historia donde los personajes aparecen muy bien dibujados, contribuyendo a implicar al jugador que inevitablemente termina sintiendo simpatía por los personajes. Uno de los mejor caracterizados es sin duda el protagonista, Ezio Auditore Di Firenze, un joven noble italiano afincado en la ciudad de Florencia. Más preocupado por la diversión y las conquistas de alcoba que por las intrigas palaciegas, Ezio no parece darse cuenta de lo que sucede a su alrededor. Su padre, un estrecho amigo y “colaborador” de los Medicci, logra descubrir una conspiración en su contra que terminará por costarle caro a su familia.
La vida en la ciudad
Jerusalem, Acre, Damasco, todas eran y siguen siendo unas ciudades maravillosamente recreadas en el primer Assasin’s Creed. Sus calles y sus monumentos, siguen viéndose tan espléndidos como siempre, pero todos echábamos en falta más interacción con sus ciudadanos o alternativas válidas a realizar las misiones principales. Ubisoft se ha dado cuenta de ello y ha poblado las ciudades de todo tipo de misiones secundarias, ideando un sistema de juego perfecto que permite cumplir estos objetivos adicionales sin que se convierta en algo tedioso e innecesario, recompensando al jugador que realmente quiera sacarle partido.
Comenzando por Ezio y su equipamiento, este sistema nos permitirá comprar nuevas espadas, cuchillos, o mazas de distinta capacidad, además de varios tipos de armaduras de cuero, metálicas y otras sorpresas que no queremos desvelar. Para comprarlas deberemos acudir a los comerciantes de cada ciudad, donde además de adquirirlas podremos repararlas, en el caso de las armaduras. Otros comerciantes nos venderán obras de arte (cuadros) tinte para la ropa o mapas con la señalización de los numerosos tesoros ocultos, algo indispensable si queremos encontrarlos en su totalidad. Como veréis, el dinero adquiere una importancia vital en esta segunda entrega, ¿para qué comprar obras de arte en un juego de asesinos? La razón principal se llama Monteriggioni, una pequeña ciudad en la que se sitúa la impresionante villa de nuestro tío Mario. Esta pequeña ciudad nos servirá como cuartel general desde el que planear nuestro siguiente movimiento, pero tras años de abandono y guerras para evitar el control de Florencia, hay que afrontar reformas con las que revalorizad las propiedades y generar ingresos a nuestro favor. Con el dinero ganado en las misiones, robos, tesoros ocultos, etc.… tendremos que aumentar la riqueza de la ciudad, abriendo negocios (herrero, sastre, médico) rehabilitando edificios como la iglesia, el prostíbulo o el cuartel militar y comprando obras de arte que adornarán el interior de la villa.
Cuanto más mejoremos Monteriggioni más ingresos irá generando, ingresos necesarios para comprar armas, armaduras, mejoras, etc.