Ron Gilbert vuelve a estar plenamente en activo. Tras Deathspank llega The Cave, en formato descarga digital y en alianza con Sega, una nueva oportunidad para demostrar su buen hacer en la creación de personajes y su devoción por la aventura.
A propósito de este lanzamiento, en las entrevistas promocionales que está concediendo ha tenido tiempo de volver a tomar el pulso al género de la aventura gráfica, algo que a su juicio no difiere en exceso de otros tiempos: "las aventuras siguieron vendiendo las mismas unidades que habían vendido siempre, el problema es que todo lo demás vendía mucho más", recuerda hablando de los tiempos en que empezaron a perder repercusión. "Y entonces Doom vio la luz... era visceral, rápido, disparabas cosas... cambió algo la forma de pensar de muchos y atrajo a muchos otros". Así que a su juico la cosa está clara: "culpo a Doom, porque antes de que Doom viera la luz, los juegos tenían un ritmo mucho más lento y la gente estaba más interesada en pensar y en la estrategia".
A pesar de que en sus argumentos resulta razonable, también es cierto que muchos de los momentos de esplendor de la aventura gráfica se vivieron con sus juegos (Indiana Jones y la última cruzada, Loom, Maniac Mansion, los dos primeros Monkey Island...), auténticos superventas que salvo honrosas excepciones desaparecieron y que con algo de su saber hacer y espíritu innovador quizá el género se habría mantenido. En su lugar, con su larga ausencia y abandono de la saga que había popularizado las cosas cambiaron y sin ir más lejos su Monkey Island perdió muchos enternos quedando en la categoría de título menor desde la tercera parte.