"Si siguiera haciendo videojuegos para Super Nintendo, estaría feliz", cuenta Jean-Maxime Moris, director de Remember Me, describiendo de forma muy gráfica lo que un videojuego supone para él. "Habrá un punto en que el foto realismo se logre, en que la IA sea perfecta, entonces miraremos atrás y diremos, 'bien, es como el mundo real', ¿ahora qué?, de lo que se trata es de lograr experiencias interesantes, y eso ya lo tenía en mi Gameboy", remata.
Moris, que hace estas declaraciones en una entrevista con Computer and Videogames, va más lejos al enfocar a los argumentos de ciencia ficción y relacionarlos con el presente. No en vano, su videojuego se ubica temporalmente en 2084, guiño al 1984 de Orwell, matizado por una visión según la cual ya estamos dando toda la información necesaria, y de manera voluntaria, a las redes sociales: "la gente ya está dando a las personas al mando toda su información sobre gustos y preferencias".
Sobre si su juego -definido por él mismo como lineal para lograr una experiencia plena- es demasiado transgresor o no, lo tiene muy claro: "¿cómo de estúpida es la industria que apuesta sólo por estereotipos? es lo único que se da a la gente, que es lo único que conoce y a lo que se acostumbran sin querer nada más".