Si no llegas a navidades, no llegues. Es la máxima de muchas desarrolladoras que fuerzan para llegar al periodo comercial por excelencia, y, caso contrario, se toman un tiempo extra para que el consumidor vuelva a ahorrar y se haya cansado de todo lo adquirido a final de año.
Con las consolas, también es lógico que suceda. Aunque quizá no tanto, a juicio de algunos analistas, que se han tomado como un duro golpe las cifras de venta de Wii U en el pasado mes de enero.
Así, la semana que se espera el anuncio de Playstation 4, en que GameStick abre periodo de reservas para reforzar esa nueva vía de consolas Android, en Nintendo se despiertan con diversas webs enfocando a las escasas 57 mil consolas vendidas en EEUU. Cifra que contrasta con las 281 mil que vendió Xbox, al final de su andadura -y que tendrá sucesora en cuestión de meses si se cumplen los pronósticos- y que se vuelve incluso más dura si se compara con 2012, periodo en que hasta Gamecube vendió más consolas (59 mil).
En el Reino Unido, algunas cadenas de tiendas ya han clamado por lo que consideran una medida imprescindible: la bajada de precios. Algo que frente a la acumulación de stock parece ser la única salida, y que caso de aprobarse, llevaría a Nintendo a repetir el movimiento realizado con 3DS. Solo que con las prestaciones de Wii U, la bajada de precio parece compleja. Probablemente en Nintendo sigan confiando en el poder de sus juegos por venir.