No hay crisis que valga en Cupertino. La edad dorada de Apple tiene una vertiente más en el sector del videojuego, sustentada en el éxito del iPhone pero, nuevamente -como ya sucedió con iPod- en su sistema de descargas: el 19% del videojuego portátil ya es suyo.
Los intentos de Sony por ganar posiciones frente a una DS a la que en teoría iba a finiquitar en meses cuando ambas saltaron a la palestra, contrastan con la eficacia con la que iPhone ha conquistado su puesto. Todo a pesar de un sistema cuyos controles siguen siendo una crítica constante por parte de usuarios que echan en falta una mayor precisión en los títulos de inspiración clásica.
Pero el tema no parece importarle demasiado a la estadística: haber logrado un 5% de una industria con 10 mil millones de dólares en tiempo de recesión permite a Apple dormir tranquila con un crecimiento del 1 al 5% en representatividad en EEUU.
Los analistas coinciden además que, a pesar de las críticas recibidas -y la nominación mayoritaria a 'fiasco del año'- el iPad reforzará todavía más la posición de la compañía, que diariamente recibe el compromiso de más desarrolladores para adaptar sus licencias a su sistema de juego (ayer mismo anunciábamos cómo Capcom ha confirmado que cualquiera de sus productos que sus fans puedan imaginar, llegará a iPhone).