Vuelve -otra vez- una polémica tan grauita como innegociable: el carácter artístico del videojuego. Los fans lo tienen claro, los detractores regularmente devuelven un debate tan estéril como secundario, pero que ahora ha vuelto a la red con fuerza gracias a las declaraciones del crítico de cine americano Roger Ebert.
Además de una celebridad por su condición de columnista en el Chicago Sun-Times y por sus programas televisivos en que lleva décadas ejerciendo de gurú del séptimo arte, Ebert es conocido por su firme postura contra la consideración artística del videojuego, algo que parece haber suavizado en sus últimas declaraciones... pero verdaderamente poco.
Así, si tradicionalmente afirmaba que jamás un videojuego sería fuente de arte, ahora se ha limitado a declarar que "ningún videojuego actual es una forma de arte". Reconoce eso sí que su pasión por el cine puede limitarle, y se sorprende de que algunos se indignen por sus comentarios cuando ni leyendas como Michael Jordan se indignan porque las maravillas que hacen no sean consideradas arte (que seguro hay quien así las considera).
A su modo de ver, ningún videojuego es comparable a las obras de "grandes poetas, cineastas o novelistas", algo que hace cuestionar si cree que la más vulgar de las películas, poemas o novelas sí es arte por el hecho de pertenecer a ese formato, descuidando que existen videojuegos auténticamente excepcionales que se valen de recursos puramente cinéfilos, y que lo único que aportan sobre el cine es un plus, el de la interactividad.