Dos noticias singulares se cruzan alrededor de Xbox One, ambas con aspecto de venir muy bien como publicidad indirecta, por más que su planteamiento no pueda resultar más extraño.
Por un lado, hemos conocido que Microsoft estuvo trabajando en un proyecto para emitir olores, algo con lo que la industria del entretenimiento -fundamentalmente el cine- ha jugado en ocasiones anteriores para incrementar la sensación de realidad, pero que para Xbox One llegó a ser tomado muy en serio. "Trabajamos en olores de distintos tipos que podías notar en el curso de un juego, como si ibas por la jungla, apreciar la flora", declara Zulfi Alam.
Pero si esta idea es extravagante, otra más sorprendente se ha planteado la posibilidad de detectar la exitación sexual del jugador: si Kineck Fitness es capaz de detectar el pulso del usuario por microfluctuaciones en la piel, el planteamiento parece cercano. "Kinect para Xbox One no puede detectar el calor de la piel, puede hacerlo con el color, usando IR, y ahí hay una respuesta al sonrojo humano; combinado con la detección de movimiento podría potencialmente medir la excitación del jugador... pero ahora mismo no podemos hablar sobre la fiabilidad de los datos obtenidos", explica Cara Ellison en una entrevista con The Guardian.
Resulta fácil apostar a que alguien lo intentará a corto plazo y entonces podremos comprobar si esos datos obtenidos son fiables o no... y sobre todo, qué tipo de uso puede plantearse un videojuego.