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Despegue vertiginoso, aterrizaje forzoso

Con semejante ordenador a pleno rendimiento, con creativos multimedia rendidos a sus posibilidades, con el mercado del videojuego sintiéndose cómodo por primera vez con una máquina que hacía soñar en alcanzar a las recreativas desde casa... con tantas posibilidades en definitiva, Amiga se hizo un hueco que se iba acrecentando por momentos. Las estanterías de videojuego para su producto iban creciendo en tamaño, las revistas especializadas profundizaban en sus posibilidades, los 8 bits quedaban definitivamente en el pasado y el PC ni sabía ni contestaba.

Fue posiblemente una cuestión de soberbia: no ver el peligro de rivales tan inferiores, considerarse tan por encima suyo. Y de olvidar sus principales señas. En un mercado tan vanguardista, lo cierto es que el ordenador que vio la luz para revolucionar llevaba años viviendo de su ímpetu inicial. Tímidamente la competencia acechaba y lo que eran defectos del PC empezaron a manifestarse como virtudes: puede que aquel sistema avanzara lentamente, pero avanzaba. Su mercado era potencialmente enorme, su capacidad para evolucionar mucho mayor. Y puede que al propietario de un PC se le quedase anticuado en meses, pero en meses también había uno mucho mejor. Amiga seguía compitiendo con el 500, una ligera modificación del 1000 de ese lejano 1985. Y cuando tocó el momento de reaccionar, el castillo se vino abajo.

“No serían capaces ni de vender agua en el desierto”, sentenciaron desde varias publicaciones. Los halagos a la sucesión, a aquella nueva flota de ordenadores que volvían a gustar a los especialistas, se tornaron críticas vitriólicas por problemas tan serios como, atentos, la propia compatibilidad. La versión mejorada del Amiga 500 que era el 1200 vino acompañada de un Amiga 600 especializado en videojuegos (menor coste, menores prestaciones y hasta menor tamaño). Discutible. Pero lo grave era que el software anterior, su enorme catálogo, no funcionaba. ¿Qué diablos había sucedido?

Las explicaciones de Commodore sobre cómo los desarrolladores no habían respetado los protocolos de programación no satisficieron a nadie. Los emuladores que surgieron, poco eficaces ellos, menos. Y el tiempo pasaba... y la tendencia había cambiado. El PC con sus tarjetas Super VGA ya no hacía mirar al Amiga con sorpresa. Adlib y Soundblaster habían “hecho” el sonido. Entre tanto Amiga era menos versátil, poco conocido y tenía problemas enormes de compatibilidad.

En el rumbo desquiciado de la compañía empezaron a surgir problemas legales, y entre sus últimos intentos trataron de aferrarse a su pasado exitoso en el videojuego y al potencial de sus últimas máquinas para, con una variante del Amiga 1200, entrar a competir por la sucesión de Super Nintendo y Megadrive. Amiga CD32 se unió a la Pippin de Apple y a la Atari de Jaguar. Ni que decir tiene que ninguna se salvó del estrepitoso fracaso.

¿Amiga Xone?

Antes de atender al “Amiga-hype”, conviene aclararlo: desde prácticamente la misma época en que el Amiga languidecía, los rumores sobre una nueva generación, un nuevo regreso, se han ido sucediendo con gran regularidad. Otra cosa es que, ocasionalmente, se hayan ganado mayor o menor atención de los medios, como de hecho sucedió el año pasado cuando en plena fiebre de webs “gadgetológicas” (esas en que un gurú especula a tientas sobre qué va a lanzar quién, mientras repite las notas de prensa de compañías de hardware) los medios acabaron cayendo en la noticia de que Amiga sí estaba lista para volver. Incluso mostraron un sistema operativo bastante rancio estéticamente que supuestamente gestionaría el ordenador con la habilidad de antaño.

De esos movimientos de marketing, solo cabe deducir el deseo de algunos de mantener vivo el nombre de Amiga por su precio como marca, por si algún día sonara la flauta. Y quizá por eso, quizá porque “esta vez sí”, el 2010 ha llegado con otra noticia: Amiga Inc y Hyperion Entertainment finiquitaban su litigio, la última quedaba vencedora. ¿Y en qué se traducía esa afirmación? Por un lado, se habla del sistema operativo (AmigaOS) listo para funcionar en varios ordenadores. Además, al parecer (y esto muy subrayado) el Amiga One X estaría en camino. El proyecto englobaría una evolución de “custom chips” con una velocidad seis veces mayor que la del Motorola 68060, con procesadores capaces de manejar 8 hilos al mismo tiempo, CPU PowerPC doble núcleo (hay incluso quien se lanza a afirmar que será un power 7 de 8 núcleos, todo sea para llamar la atención)... especificaciones técnicas que se acumulan y atropellan olvidando quizá que una buena máquina no lo es todo. Al fin y al cabo, el boca-oreja y la fascinación ante sus efectos visuales (algo que hoy día ya no es posible) fueron determinantes en el éxito del Amiga en su primera época... pero con todo, como hemos explicado, contaron con Andy Warhol para su presentación porque sabían cómo funcionaba el asunto.

Turrican y otros símbolos Amiga

Junto a Zool, la mascota desleal, hubo varios juegos simbólicos del Amiga que fácilmente recordarán quienes lo usaron. El Turrican que recordábamos recientemente en nuestra edición web (si bien entonces la nombrábamos para dar estopa a su tercera parte), no siendo originalmente creado para Commodore y teniendo innumerables versiones, es especialmente recordado por las de Amiga, con las que impresionó con el vanguardismo que adoraba su creador Manfred Trenz.
Igual de destacado, Stunt Race FX se convirtió en una de las primeras muestras sólidas de un juego de carreras poligonal. Alien Breed fue por su parte llegó a esa lista de destacados de Amiga con un mata-mata repleto de calidad con su perspectiva cenital y atmósfera marciana, digno tanto de todos los elogios. También fue representativo Colorado, una aventura con los retos insufribles de aquel entonces (ingobernable, difícil hasta el extremo saber qué pasos había que seguir) que conseguía atraernos entre idas y venidas que no entendíamos muy bien. Pero por encima de todos, otro título no exclusivo que se desarrolló excepcionalmente en Amiga fue el Sensible Soccer (especialmente con su variante World Of Soccer). El fútbol de una época alcanzó el cenit de la jugabilidad y nos ofreció las bases de datos más completa en un producto por el que muchos siguieron conservando el Amiga cuando la marca ya había hincado la rodilla.