Entre el oprobio y la exhibición, la nueva versión del fútbol de Konami provoca todo tipo de reacciones.
Ahondando en sus principales rasgos, en todas las direcciones se ha seguido haciendo camino.
Tiene cosas imperdonables. Otras, impagables.
Todo hacía indicar un tiempo atrás, que esta iba a ser la ocasión esperada, el momento dulce en el que konami, al fin, iba a darnos el juego que siempre le habíamos pedido.
El argumento principal para defender ese sueño irrealizado, quedaba entre líneas en la crítica a la versión precedente. Con el nivel de fútbol y vistosidad alcanzado, aportando los ligeros matices de una nueva versión, sólo quedaba un objetivo por cumplir: lanzarse de lleno a las bases de datos, a los dignos doblajes, a todo ese conglomerado de cuestiones multimedia que hacen que lo casi perfecto llegue a serlo.
Pero desde hace un tiempo, lo que creíamos una broma macabra que se iba extendiendo de forma preocupante, empezaba a descubrirnos una posibilidad no contemplada. Que no sólo no mejoraran con el tema de las licencias de clubs y jugadores, sino que en el culmen del despropósito utilizaran nombres incomprensibles para los clubs más conocidos de Europa.
Y no hay más que decir, es cierto. El vigente campeón de liga en España, ya no es el Valencia sino el "Andalucia" (??). El nuevo equipo de Ronaldo (aunque no aparezca en la plantilla) no es el Real Madrid, sino el Navarra (poco más, y provocan un conflicto político). El Barcelona es el Catalonia (algo más apropiado), y el Deportivo de la Coruña, el Cantabria.
Ahí es nada.
El juego
Delicia futbolística, su estilo de juego selecto ningunea a una competencia que año tras año choca contra sus cualidades. En esta ocasión, la versión actual de Esto es Futbol sigue lejos de los objetivo, en tanto el Fifa de Electronic Arts ha hecho los deberes y recupera posiciones. Aunque siga sin llegar a inquietar a Pro Evolution... al menos en cuanto al juego en sí.
Una cuestión verdaderamente intrigante de esta segunda parte, es el cambio de filosofía que parece advertirse. La dificultad en el control individual se ha reducido, haciendo que el juego en equipo no se base exclusivamente en el pase corto y dando más posibilidades y protagonismo al jugador para encontrar un camino que le acerque al compañero, o a la portería rival. Las defensas ya no tienen la facilidad anterior para robar balones por mero contacto, sino que, además de tener una extraña tendencia a salir adelante sin conservar la posición, obligarán a dominar las segadas como mejor vía para cortar ataques. Los cambios de juego con balones altos, entran con más protagonismo, y los tiros a portería no se convierten en la locura de la edición anterior, cerca del partido de frontón.
A su vez, las faltas entran como una posibilidad de cara al gol, obligando a perfeccionar un juego aéreo en el que se incluyen golpes y codazos, aportando un nuevo elemento antes desconocido.
Si el aspecto gráfico se limita en novedades a una mayor riqueza en animaciones -que repercuten notablemente en más realismo de cara al toque-, el apartado sonoro, con un nuevo doblaje a mano de desconocidos, sin ser brillante evita graves errores antes sufridos. Lo más molesto, cuando ambos locutores deciden hablar al mismo tiempo. Pero lo verdaderamente importante es el sonido ambiental, enriquecido con pitos y aplausos de un público que mete en el partido a base de sancionar cualquier acto del equipo rival, en tanto que se muestran efusivos cuando en jugada de ataque se van prolongando los toques buscando el gol.
Podría decirse que estamos ante una nueva entrega de un juego que ha pasado a considerarse intocable. También podría decirse que al precio actual del mercado, seguir gastando 60 €uros anualmente para algo que debería haberse mejorado mucho tiempo atrás, comienza a ser algo más que molesto. Algo que pasa de castaño a oscuro.